La Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados ha tramitado cinco proyectos de retiro de fondos previsionales, cuatro de ellos unificados en un solo texto (ver recuadro) y un quinto que se tramitará aparte. Todo eso, el 27 de agosto. En los días en que la Comisión sesionó viendo este tema, el presidente de la instancia, Miguel Ángel Calisto (Ind./Dem.-Ama), no se mostró especialmente a favor de un nuevo retiro, pero soltó una frase: ante el incremento en el respaldo a la iniciativa dentro del Parlamento, expuso que aunque no haya suficiente apoyo para llevar las ideas a ley, es una señal que el Gobierno “debe considerar”.
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Las voces que manifiestan la inconveniencia de que esos dineros entren al mercado y además no se destinen a pensiones es extensa (ver secundario): no menos de diez parlamentarios han al menos manifestado su adhesión o han presentado proyectos.
Lo que juega muy en contra de las iniciativas es que en la mayoría de los casos provienen de acciones personales de los parlamentarios, más que de un actuar con el partido o coalición que los apoye. Toda la derecha, Chile Vamos y Republicanos, ha expuesto profusamente que mantienen la postura desde el primer retiro, es decir, en contra.
Pero el diputado Jorge Durán (RN) manifiesta los porqué de un cuarto retiro. “Los chilenos están sufriendo el impacto de las alzas en los servicios básicos y en la alimentación, ha aumentado la cesantía y este Gobierno no ha tomado medidas concretas para ayudar a todos esos chilenos que hoy no llegan a fin de mes y que cada día se endeudan más. Un retiro les permitiría un respiro”, señala.
Ese es precisamente el argumento que ha expuesto su par Pamela Jiles (PH), la principal defensora, hace tiempo, de nuevos retiros, aunque se encuentre al otro lado del crisol político. Ella también ha señalado en la Comisión que el hecho de que esos dineros pertenezcan a los trabajadores les da el derecho de sacarlos de las cuentas.
Eso declara también el diputado Roberto Arroyo (PSC). “Luego de tres semanas de discusión queda establecido el derecho de propiedad, refrendado por el TC; queda desvirtuada la inflación, que fue similar en otros países sin retiros y que ni el Presidente Boric, ni el ministro Marcel pueden opinar porque no son fondos estatales, ni las AFP, que sólo administran y han tenido ganancias millonarias. Hoy el mundo político debe decidir si está con la gente o con los defensores de las AFP y el mercado de capitales”, expone.
Destaca, por su alto cargo, uno de los vicepresidentes de la Cámara, la postura de Gaspar Rivas (exPDG), quien comenta que “tengo esperanzas de que el martes 27, la Comisión vote y apruebe el séptimo retiro, de forma tal de que pase a la sala y allí podamos ver, finalmente, qué parlamentarios están por entregarle su dinero a la gente, y cuáles están por negárselo”.
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En el Senado también hay voces que apoyan los retiros. Fabiola Campillai (Ind./Ind.DC) presentó un proyecto (ver recuadro), mientras que su par Karim Bianchi (Ind./Ind.-DC) manifiesta que “en el contexto actual, es difícil pensar en un nuevo retiro dado el efecto inflacionario. Sin embargo, considerando que el Gobierno ha sido incapaz de resolver la reforma de pensiones, se hace plausible pensarlo. Además, con todos los costos de vida aumentando y pérdidas en los fondos de pensiones, yo voy a estar siempre pensando en que es posible. La menos dañina es el autopréstamo”.
Los motivos del rechazo de Hacienda y de los expertos
Hasta la Comisión de Constitución ha ido el ministro de Hacienda, Mario Marcel, varias veces acompañado de expertos en finanzas para explicar por qué es mala idea solucionar problemas actuales con dineros de las cuentas de las pensiones.
En esas reuniones, Marcel ha explicado que la situación actual es distinta a la de la pandemia, hoy hay crecimiento, un IPC controlado, recuperación del empleo, del ahorro y de la inversión extranjera. Un retiro provocaría la reducción de los activos de los fondos de pensiones y representaría un 31,5% del PIB, lo que elevaría el tipo de cambio, mientras que la inflación podría llegar por encima del 14%. En resumen: “Lo retirado por una persona sería consumido por el efecto inflacionario en un solo año”.
Además, un alza en las tasas de interés más la inflación incrementaría los nuevos dividendos hipotecarios en 50%.
También asistió José de Gregorio, expresidente del Banco Central, quien dijo a los parlamentarios que “terminaríamos con menores pensiones y con el Estado con un pasivo, que sería la obligación de sostener a los futuros adultos mayores”, Y que en el corto plazo la inflación “no va a ser el caos, pero va a generar una política monetaria más dura, más tiempo con tasas altas”.
Finalmente el economista explicó qué se hace con el dinero mientras está en las AFP: “Los fondos se prestan para que haya inversión, para que haya compra de viviendas, si esa oferta se reduce, no se acaba el sistema financiero, pero obviamente será más caro”.
Qué dicen los proyectos
Hay cuatro iniciativas que están en un solo texto, pero en diferentes artículos, por lo que se supone que uno solo podría aprobarse, por ser el resto incompatibles. Estos proponen un único retiro libre, sin especificar montos ni límites; otro de hasta 15% del total; un tercero de hasta 50% para la primera vivienda o deudas de salud; y el último busca pagar morosidades de créditos hipotecarios.
Aparte se verá el llamado autopréstamo, es decir, un máximo de $5 millones, que debe devolverse.
A todo eso se suma una iniciativa de la senadora Fabiola Campillai (Ind./Ind.-DC) que llegaría al 100% pero sería sólo para fines habitacionales y para quienes sean parte de un Comité de Vivienda.