Cuando la cuenta regresiva para las Fiestas Patrias XXL de este año ya está más que activada, con los fonderos preparando los locales y miles de chilenos preparándose para la extensa celebración del 18 de septiembre -donde el “terremoto” es uno de los tragos estrella-, las autoridades del Ministerio de Agricultura y el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) salieron a descartar la polémica que surgió entre el Vino Pipeño y el Pipeño, bebidas base del popular trago dieciochero.
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Todo lo anterior porque el SAG entregó una nueva clasificación al Pipeño, el que según explicaron, a través de la Resolución Exenta N° 4077/2023 “no desvaloriza este producto, sino que busca resguardar su identidad como una bebida alcohólica auténtica, característica de las regiones del Maule, Ñuble y Biobío”.
¿Qué pasó con el Viño Pipeño y el Pipeño?
De acuerdo a lo indicado por la resolución del SAG, la polémica surgió porque a partir de lo indicado por dicho documento, solo se puede denominar como “Vino Pipeño” a la elaboración que tiene 11,5 grados de alcohol, por lo que si el fermentado de uva no llega a dicha cifra, no puede ser vendido como “vino”, sino que solo como “Pipeño”.
En ese sentido, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela explicó que “es falsa la polémica, porque el vino en Chile esta reglamentado, es el que tiene 11,5 grados de alcohol, lo que ocurre es que una pequeña cantidad de productores tienen un Pipeño, que es de menos graduación, por eso existe el Vino Pipeño y el Pipeño”.
A lo anterior, el SAG añadió que “lo que se ha buscado es abrir la clasificación, dar una clasificación especial al Pipeño porque hay pequeños agricultores que no pueden vender su Pipeño porque no alcanza los 11,5 grados, les hemos dado esta clasificación de Pipeño, manteniendo el Vino Pipeño”.
En ese contexto, a través de su sitio web el SAG agregó que “el Pipeño, al ser categorizado como una bebida alcohólica única, solo puede ser producido y comercializado por miembros de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) y cooperativas integradas por ellos. Esta exclusividad garantiza que el valor cultural y territorial del Pipeño sea preservado y que los pequeños productores y productoras puedan competir en el mercado con un producto que refleja su herencia y tradiciones”.
Además, se hizo hincapié en que el Pipeño “no puede ser adulterado”, es decir, no se le puede agregar azúcar o algún otro endulzante, especificando que dicha denominación solo se da a la bebida que “se elabora exclusivamente a partir de la fermentación parcial del mosto de uvas frescas, sin permitir la adición de agua ni azúcares externos para modificar su graduación alcohólica o dulzor”.