El Gobierno peruano ha declarado un duelo nacional de tres días tras la muerte del expresidente Alberto Fujimori, quien falleció a los 86 años. Esta medida, que entró en vigor desde este jueves, busca rendir homenaje a un líder que marcó la política peruana en las últimas décadas.
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En qué consiste el duelo nacional
El decreto supremo fue publicado en el diario oficial El Peruano poco después de la medianoche, y establece que durante este periodo se llevarán a cabo honras fúnebres correspondientes a un presidente en funciones. Esto incluye el izamiento del pabellón nacional a media asta en todos los edificios públicos, instalaciones militares, bases, buques, locales policiales y delegaciones diplomáticas. Esta medida fue refrendada por la presidenta Dina Boluarte, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén; el canciller, Elmer Schialer; y el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana, según dio a conocer El Comercio.
Además, el Gobierno coordinará con la familia de Fujimori los detalles del funeral, siguiendo un protocolo oficial. “Queremos expresar nuestras condolencias a familiares, amigos y partidarios de quien fuera el presidente Alberto Fujimori”, declaró el primer ministro, Gustavo Adrianzén, en una rueda de prensa posterior al anuncio.
El ceremonial establece que el día de la inhumación de los restos de Fujimori se realizarán exequias oficiales, con la asistencia del gobierno. El cortejo fúnebre será encabezado por la presidente o su representante, quien rendirá los mismos honores que corresponden a un presidente en funciones.
Reacciones a la muerte de Fujimori
La noticia del fallecimiento de Fujimori ha generado diversas reacciones en el país. Mientras algunos lamentan su muerte y recuerdan sus aportes a la lucha contra el terrorismo y el crecimiento económico, otros critican su legado, marcado por violaciones a los derechos humanos y corrupción. Este hecho ha reavivado el debate sobre su figura, que sigue siendo polarizadora en la política peruana.
Fujimori, presidente del país entre 1990 y 2000, fue un líder controvertido que dejó una huella profunda en la historia de Perú. Su estilo autoritario y las decisiones tomadas durante su mandato han sido objeto de múltiples análisis y críticas. A pesar de esto, su fallecimiento ha conmovido a muchos que lo consideran un ícono de su época.