El pasado miércoles 30 de abril, diputados de Renovación Nacional (RN) solicitaron a la Contraloría General de la República una auditoría al Programa de apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradores (PAOCC), que depende del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, luego de la realización de un taller bautizado como “Prácticas de Culo: práctica de movimiento pélvico freestyle, improvisación con enfoque descolonial, con un abordaje somático, sensible y gozoso”.
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En específico, el oficio fue presentado por los parlamentarios Miguel Mellado y Carla Morales, jefe y subjefa de bancada, respectivamente, en compañía de sus colegas Jorge Durán y Eduardo Durán, quienes integran la Comisión de Cultura.
Como recoge La Tercera, en el contenido del escrito, el que va dirigido a la contraloría Dorothy Pérez, se señala que, aunque no existe financiamiento directo a dicho taller, sí habría respaldo indirecto mediante la utilización de logos institucionales del PAOCC y de la Red de Salas de Teatro de la Región Metropolitana, que recibió más de $139 millones en el marco del programa 2025.
En esta línea, los congresistas sostuvieron en el texto que “el objetivo de la auditoría es determinar si los fondos asignados se ajustan a los fines públicos y a los objetivos establecidos por el programa”. Además, enfatizan en el carácter del taller, que a juicio de los legisladores podría resultar “incompatible” con los lineamientos del PAOCC y la posible inclusión en un plan de gestión cultural requeriría una justificación explícita sobre su contribución a la programación continua de la organización beneficiada.
Esta actividad, según su convocatoria, propone “politizar el cuerpo desde una perspectiva que desafía las normativas coloniales y estéticas tradicionales, proponiendo un reencuentro con el goce, la grasa y la sensualidad como formas legítimas de expresión cultural”.
Desde la tienda, los diputados mostraron su preocupación acerca del uso de los recursos públicos en iniciativas que, según ellos, podrían estar alejadas de los objetivos del programa público.
Por su parte, Miguel Mellado expresó que “lo que cada uno haga en su tiempo libre no le concierne al Estado. Pero cuando se utilizan fondos públicos destinados a cultura para financiar indirectamente cuestiones que no tienen nada que ver con ella, se cruza un límite peligroso”.
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“Cuando se recortan recursos para seguridad y otras prioridades ciudadanas, que el Gobierno termine patrocinando talleres como ‘Prácticas de Culo’ es una bofetada para las miles de víctimas de la delincuencia”, añadió el jefe de la bancada.
Sumado a lo anterior, además, los parlamentarios solicitaron que la Contraloría dé instrucciones claras en relación al uso de logos institucionales en actividades que son de carácter privado, con el fin de evitar confusión sobre el respaldo oficial que reciben algunos eventos culturales.
