Ya convertido en un fenómeno del streaming, “El Eternauta” también conquistó el mercado europeo con los seis primeros capítulos de una serie que impacta por los alcances de la ficción plasmada en un cómic de 1957, aunque estremece mucho más por el infame final en la vida real de su creador, Héctor Germán Oesterheld.
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La saga de Netflix revive el tema 68 años después a través de una versión elogiada desde todos los ángulos, incluyendo la actuación del argentino Ricardo Darín como el protagonista siempre convencido de que “nadie se salva solo” –una frase alegórica de la producción- para enfrentar la amenaza alienígena en un Buenos Aires apocalíptico, tras el ataque de una nevazón letal que aniquila a los habitantes de la ciudad.
La historieta creada por Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López se publicó por primera vez en 1957 y con el tiempo escaló hasta transformarse en una revista, mucho antes de que su creador viviera su propia historia de horror en un país sometido por la dictadura militar: militantes del movimiento “Montoneros” durante la represión, tanto él como sus cuatro hijas desaparecieron bajo el imperio de la junta militar en 1977 y sus cuerpos nunca pudieron ser recuperados.
“El Eternauta” en una Argentina real
Según los estudiosos y analistas de contenido del emblemático cómic, la primera etapa de ‘El Eternauta’ puede interpretarse como una versión local de ‘La guerra de los mundos’, pero con sutiles referencias a la situación política del momento. Poco antes, en 1955, Juan Domingo Perón había sido expulsado de la Casa Rosada en un golpe liderado por los militares.
Sin embargo, ya en la versión renovada de 1969, el villano de la historia no es la amenaza extraterrestre original sino el imperialismo que, unos años después, propiciaría golpes de Estado en Chile en 1973, y más tarde de nuevo en Argentina, en 1979. “Los humanos que quieren salvarse del ataque en ese ciclo de ‘El Eternauta’ son los países de América Latina luchando por su independencia”, aseguran los estudiosos de la tira.
Incluso, en medio de la exaltación actual por la trascendencia de la serie, la comentarista Shaurya Thapa definió la obra en el sitio Time Out como “un clásico latinoamericano” y “una alegoría antifascista”.
También recibió reconocimiento desde Europa, donde el destacado director español Álex de la Iglesia argumentó en su red social que “vistos los seis capítulos de El Eternauta, absolutamente brillante, modélica y no sólo eso, sino también muy necesaria, ¿por qué? porque a partir de El Eternauta va a ser posible hacer ciencia ficción de calidad en Argentina, y en el mercado latino: es ambiciosa, generosa, adulta, soberbiamente escrita. La sensación que he tenido al verla es la misma que tuve cuando leí el cómic", posteó.
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Impuesta la dictadura del general Juan Carlos Onganía, Oesterheld radicalizó el mensaje de sus historias gráficas con críticas al capitalismo y al colonialismo, llegando a guionizar cómics de signo político claro, como por ejemplo una biografía del Che Guevara en 1968.

H.G.O. en la hora del espanto
Artista culto y comprometido con las reivindicaciones sociales de su país, Oesterheld se acercó al peronismo y posteriormente se integró al movimiento de los “Montoneros”, en un camino político que también escogerían más tarde sus cuatro hijas.
Casado con Elsa Sánchez, el dibujante y guionista fue el padre de Estela, Diana, Beatriz y Marina, la cuatro niñas que en la adolescencia refrendaron la admiración por Héctor Oesterheld suscribiendo sus mismos ideales.
Sin embargo, la historia familiar se encaminó inevitablemente hacia una tragedia. En los comienzos de la última dictadura militar, encabezada por Jorge Rafael Videla entre 1976 y 1983, tanto él como sus hijas -dos de ellas, Diana y Estela, embarazadas-, sufrieron la desaparición y el asesinato por parte del terrorismo de Estado.
Oesterheld fue secuestrado en La Plata, el 27 de abril de 1978. En los setenta se había unido a los Montoneros e, incluso, la segunda parte de “El Eternauta” la finalizó en la clandestinidad, dictando por teléfono los guiones que luego recibía Solano López, exiliado en España.
“A las chicas las mataron antes que a él”, revela con pesar infinita su viuda, Elsa Sánchez, en el documental “H.G.O.”, la película argentina realizada por Víctor Bailo y Daniel Stefanello en 1999.
Fallecida en 2015, ella había perdido a su marido, sus cuatro hijas y tres yernos. Tras ese exterminio de su entorno, Elsa se convirtió en dirigenta de las Madres de Plaza de Mayo, y sus testimonios contribuyen a dimensionar el horror sufrido en aquella etapa. “La Juventud Peronista sedujo a las chicas y a él le cambió la cabeza el Mayo francés. Además, admiraba la intelectualidad joven y la conciencia social que se había despertado”, recordaba mucho antes que una nube de espanto envolviera a su familia. Ahora la genialidad de Oesterheld revive en seis capítulos de “El internauta”, que también resucita la sombra de tantos dolores y demonios…