El cargo de papa tiene casi dos milenios de antigüedad, cuando el apóstol San Pedro, mano derecha de Jesucristo, se convirtió en el primer papa de la historia a partir del año 33 d.C.
Tras el fallecimiento o la renuncia del papa, todos los cardenales son convocados a Roma, donde solamente los cardenales menores de 80 años tienen el derecho de voto para seleccionar al próximo representante de la Iglesia católica.
Una vez comenzado el cónclave, este miércoles, los cardenales realizan un máximo de cuatro votaciones diarias. Para ello, se les entregan unas papeletas en donde viene impresa la frase Eligo in Summum Pontificem, que significa “Elijo como Sumo Pontífice”, donde deben escribir el nombre del elegido.
Nueve de los cardenales son elegidos al azar para diversas tareas: tres como escrutadores; tres como infirmarii, cuya labor es ir con la urna hasta los aposentos de los cardenales enfermos, en caso de que los haya, para facilitarles la votación; y otros tres como revisores, para asegurar que el proceso es llevado a cabo con toda claridad.
Para poder ser elegido papa, un candidato debe obtener dos tercios más uno de la totalidad de los votos, pero si tras una treintena de votaciones nadie ha obtenido este resultado, entonces el candidato solamente tendría que obtener una mayoría absoluta.
Desde el cónclave de 1914, una chimenea se instala temporalmente en la Capilla Sixtina, donde tras cada votación se queman las papeletas. Si el humo que sale de la chimenea tras la votación es de color negro, significa que no ha sido elegido ningún candidato, pero si el humo que sale de la chimenea es de color blanco, significa que un nuevo pontífice ha sido elegido, en lo que se conoce como fumata bianca.
LAS CLAVES
• El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzó este miércoles en la Capilla Sixtina, con 133 cardenales electores.
• El papa Francisco nombró a 108 de los cardenales electores que componen el cónclave.
• Para ser elegido pontífice, un candidato necesita dos tercios de los votos. Se realizarán hasta cuatro votaciones diarias hasta lograr consenso.
CURIOSIDADES
Cinco datos curiosos sobre cónclaves pasados.
El más corto: Antes de 1274, hubo ocasiones en que el nuevo papa era elegido el mismo día de la muerte de su predecesor. Desde entonces la Iglesia decidió esperar al menos 10 días antes de la primera votación. El cónclave más rápido bajo la norma de los 10 días fue la elección de Julio II en 1503, que se decidió en unas pocas horas. El papa Francisco fue elegido en 2013 en la quinta votación, Benedicto XVI ganó en 2005 en la cuarta y Pío XII lo hizo en la tercera en 1939.
El más largo: En el siglo XIII, los cardenales tardaron 1.006 días (entre noviembre de 1268 y septiembre de 1271) en elegir a un papa, al sucesor del papa Clemente IV. Ha sido el cónclave más largo en la historia. De ahí procede también el término cónclave, o “bajo llave”, ya que los cardenales que se reunían en Viterbo, al norte de Roma, tardaron tanto que los ciudadanos los encerraron para agilizar el proceso.
El primero en la Capilla Sixtina: El primer cónclave celebrado bajo los frescos de Miguel Ángel que decoran el techo de la Capilla Sixtina fue en 1492. Desde 1878, el recinto se ha convertido en el escenario de todos los cónclaves.
El papa más jóven y el papa más viejo: El papa Juan XII tenía solo 18 años cuando fue elegido en 955. Los más viejos fueron Celestino III, elegido en 1191, y Celestino V, en 1294, con casi 85 años.
Un papa no cardenal: No es necesario que el papa sea cardenal, pero ese ha sido el caso durante siglos. El último en salir elegido sin este rango fue Urbano VI en 1378, que era monje y arzobispo de Bari.
Para profundizar sobre el cónclave y el posible sucesor del papa Francisco, platicamos con Felipe Gaytán Alcalá, profesor e investigador de la Universidad La Salle y experto en sociología de la religión.
1. ¿Qué tan histórico es ser testigo de un cónclave, y qué tan histórico es el cónclave que está por comenzar?
–Ser testigo de un cónclave es histórico por lo que representa un cambio de dirección de la autoridad espiritual no sólo de los católicos, sino de un líder mediador del mundo. La figura papal es una figura reconocida aún por aquellos que no son católicos.
Este cónclave es histórico también porque por primera vez los cardenales electores proceden de 70 países y muchos de ellos no se conocen. Es el cónclave con mayor diversidad cultural y étnica en la historia del papado.
2. Muchos misterios y secretos en torno a los cónclaves, y un proceso para elegir al papa que no parece ser muy democrático. ¿Qué opinas al respecto?
–La iglesia es una institución vertical y de obediencia por lo que en la democracia no es entendida como en los regímenes políticos. Para ellos la democracia es dejar participar a los laicos en actividades sociales y de comprensión del mundo moderno. Sin embargo, al interior del clero no habrá cambios sustanciales.
La elección del papa no es una cuestión de mayorías. Por el contrario, ellos sostienen que es un designio de Dios que da luz a los pastores para elegir a su representante.
3. ¿Qué atributos debería tener el próximo papa y quiénes consideras que son los candidatos más fuertes?
–Yo creo que el siguiente papa tendrá que ser otro papa de un país emergente, y un papa que sepa y pueda navegar en torno a un mundo cambiante. La elección del próximo pontífice será complicada, pues hay disputas internas al interior de la iglesia católica en cuanto a cuánto realmente puede y debe cambiar. Considero que tendría que ser un papa más abierto al mundo, y tener un tono y un discurso más conciliador.
Las pugnas al interior del cónclave son visibles entre los que quieren mantener la autoridad de la iglesia en la ortodoxia y los que buscan ser más sensibles con su feligresía. Los días previos al inicio del cónclave han servido para el cabildeo de ambas partes. Desde mi punto de vista, los tres candidatos más fuertes son Luis Antonio Tagle, de Filipinas, Matteo Zuppi, de Italia, y, de manera sorpresiva, Raymond Burke, de Estados Unidos.