Traniela Campolieto lleva 33 años como piloto de aviación comercial, incluyendo aquella época cuando se llamaba Carlos Daniel y aún no se convertía en la primera comandante transgénero de Argentina y Latinoamérica. Hoy pilotea aviones Airbus A330-200 que vuelan entre Buenos Aires y Miami, además de otros destinos, y se mantiene en el foco mediático por su interés en convertirse en CEO de Aerolíneas Argentinas si se consuma la privatización anunciada por parte del gobierno de Javier Milei.
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Personajes tan polémico como pintoresco, aunque sigue rodeada por el sensacionalismo que detona su caso en algunos niveles, a los 50 años aprovecha esa vitrina para explicar sus motivaciones y proyectar metas tan altas como llegar a ser presidente. Con traje de comandante y un look muy femenino, Traniela lanzó su postulación a liderar la compañía en un video donde defiende su expertiz y asegura que Aerolíneas atraviesa “una de las peores crisis de su historia”.
Con 25 años de labor en la línea aérea trasandina, desde su tribuna mediática promete una reestructuración completa para garantizar la viabilidad económica de la compañía. “Quiero llevar a la empresa hacia un éxito total, sacarla de la crisis y asegurar su estabilidad”, expresa, enfatizando que Aerolíneas Argentinas “ha sido exitosa desde el punto de vista operativo, aunque sufre importantes problemas administrativos”.

Los dilemas de Traniela
La comandante está casada desde 2005 y tiene tres hijas, de 24, 22 y 18 años. “Yo me visto de chica desde los cinco años. Siempre tuve una dualidad de género, siempre fui una persona bigénero, hasta hace poco que me definí por ser solamente una mujer. Me di cuenta de que me gusta mucho más”, reitera en las notas de prensa. Cuenta que su mayor paso lo dio “hace dos años cuando me visibilicé ante la sociedad, fui al registro civil y me anoté como mujer. Desde ahí todas mis licencias aeronáuticas, pasaportes, visas para otros países dicen ‘sexo femenino’ y mi nombre, que es Traniela. Hubo mucho de reflexión y autoconocimiento para dar el paso”.
Cuestionada por algunos especialistas que desacreditan su transición, Traniela sostiene que “la genitalidad va por un camino. Después, la expresión de género es la ropa que usamos. Tú eres hombre, llegas a tu casa y te quieres vestir de mujer. Y te gusta. ¿Quién te lo prohíbe? Son telas nada más, no te va a cambiar tu genitalidad, ni te va a cambiar tu psicología. Y después está la identidad de género y, por último, la sexualidad. Son dos caminos distintos. La identidad de género que es el sentimiento profundo de la identidad, cómo te identificas en cuanto a los géneros”, analiza.
La aviadora asegura que “en muchos vuelos la gente aplaude cuando la tripulación de cabina menciona mi nombre e indica que soy la primera comandante trans de América Latina. Sólo una vez una vez un pasajero quiso bajarse, pero hablé con él para convencerlo sobre mi experiencia en el aire”.
Asimismo, adhiere a las ideas derechistas de Milei, aunque modera su admiración para hablar respecto a Donald Trump: “Es una persona nacionalista y patriótica, pero no estoy de acuerdo con lo que está haciendo con las personas transgénero”, advierte. Aún así, se desmarca del discurso de la Casa Rosada y sólo garantiza que “me identifico con Traniela, es decir, conmigo. Sé muy bien lo que quiero y cuál es mi mensaje”.