Este sábado 7 de junio, se realizó la formalización de los dos imputados por el homicidio del joven farmacéutico de 21 años, Francisco Albornoz, quien estuvo 12 días desaparecido antes de que encontrar su cuerpo en una quebrada del Río Tinguiririca de la Región de O’Higgins.
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La Fiscalía buscaba que Christian González y José Miguel Baeza quedarán en prisión preventiva y determinó la causa de muerte de Francisco como homicidio calificado.
El 8vo Juzgado de Garantía acogió la solicitud de la Fiscalía y decretó la prisión preventiva para los dos imputados formalizados por Homicidio Calificado. Sin embargo, el tribunal señaló en la resolución que la calificación jurídica, por el momento, sería de Homicidio Simple.
Durante la audiencia de formalización que duró alrededor de 8 horas, la fiscal Rossana Folli entregó detalles de este caso y señaló que la muerte de Francisco sucedió dentro del departamento en Ñuñoa durante la madrugada del sábado 24 de mayo.
“El Servicio Médico Legal de San Fernando concluyó que la causa de muerte fue un traumatismo encefalocraneano y que la lesión es de tipo homicida”, dijo al fiscal dejando en claro que su fallecimiento no está relacionado a una intoxicación con drogas.
La persecutora continuó declarando que “para la Fiscalía, el hecho que lo motiva y deriva en la muerte de Francisco es parte de un plan delictual de los dos imputados en orden a causar la muerte, que dice relación con lograr la total impunidad de los hechos, que la víctima no tuviera posibilidad alguna de defensa y de asegurar su muerte”, según lo expuesto en LUN.
El testimonio del médico
T13 reveló el testimonio que entregó uno de los imputados durante la audiencia, el médico ecuatoriano de 31 años, Christian González, quien fue la persona que se acercó a una comisaría de Ñuñoa para dar detalles del paradero del cuerpo del joven.
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González señaló que Francisco desconocía que dentro de la reunión habría consumo de drogas como popper y cocaína, y fue el chef, José Miguel Baeza, quien le ocultó esa información.
“Kai (José Miguel Baeza) me dice que Francisco había convulsionado. Yo lo vi convulsionar un poco en la cama. Le dije a Kai que llamara a la ambulancia, pero él decía que no debía estar acá. Yo le insistí que llamara a una ambulancia”, declaró González.
El médico aseguró que intentó realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar por alrededor de 30 minutos, pero el otro imputado se rehusó en pedir ayuda. El mismo chef habría sido la persona quien tuvo el plan de deshacerse del cuerpo, que fue envuelto en un cobertor azul del médico, según lo consignado por 24 Horas.
“Kai me dice que había que ocultar el cuerpo (…) me dijo si yo tenía una silla de ruedas o algo para trasladar el cuerpo de Francisco. Llegó a mi habitación con un cobertor azul oscuro (…) junto a Kai envolvimos el cuerpo con el cobertor”.
“Bajamos por el ascensor al piso -2. Llegamos al auto, colocamos el cuerpo en el maletero. Las maletas y la bolsa en el asiento trasero. Fue a las 4:30 de la mañana, aprox. Solo manejé por inercia. Kai me guió hasta donde tenía que ir”, señaló.