A poco más de un año de los crímenes de los tres uniformados en la localidad de Cañete, la Fiscalía Regional de La Araucanía terminó su investigación e ingresó ante el juzgado de garantía, un escrito con la acusación para llevar a juicio a los cuatro imputados.
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Los hermanos Tomás, Yeferson y Felipe Antihuen, además de Nicolás Rivas, están acusados de ser los autores materiales del asesinato de los carabineros Carlos Cisternas (43), Sergio Arévalo (34) y Misael Vidal (30), perpetrados la noche del 26 de abril de 2024, horas antes del aniversario institucional.
Entre las miles de pruebas que se espera presente la Fiscalía durante el juicio, se contempla también a 128 testigos y más de 70 peritos.
En su acusación, el Ministerio Público asegura que hubo planificación por parte de los imputados para cometer los crímenes, luego que los uniformados acudieran a la casa de un tío de los hermanos Antihuen a verificar el cumplimiento de una medida cautelar, momento en que son sorprendidos y desarmados por los acusados.
Las investigación detalla que los acusados planificaron el ataque durante varias semanas, emboscando a los carabineros con el fin de despojarlos de sus armas y chalecos antibalas, para luego ejecutarlos y trasladar sus cuerpos a la camioneta policial, que posteriormente fue incendiada en un camino rural.
Investigación y pruebas
La investigación dirigida por el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, ha presentado una serie de evidencias que apuntan a los imputados. Entre estas se encuentran pruebas balísticas y de ADN, además de testimonios de testigos y registros de llamadas que involucran a los acusados.
Los informes tanatológicos confirmaron que los carabineros estaban con las manos arriba al momento de ser atacados, y uno de ellos recibió disparos de dos armas diferentes simultáneamente.
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¿Quiénes eran los carabineros?
Las víctimas corresponden al sargento primero Carlos Cisterna Navarro, al cabo primero Sergio Arévalo Lobos y el cabo primero Misael Vidal Cid. Los tres funcionarios eran padres de niños menores de 6 años.
El sargento primero de la Cuarta Comisaría del Control del Orden Público (COP) de la ciudad de Los Álamos, Carlos Cisterna, tenía 43 años al momento de su fallecimiento, y había servido 24 años a la institución, casi la mitad de su vida. Era el padre de un niño de 6 años.
El cabo primero de la misma comisaría, Servio Arévalo, también pertenecía a la misma unidad policial de dicha comuna. Él tenía 13 años de servicio y partió a los 24 años, dejando a un hijo de un año de edad.
Misael Vidal Cid. compartía el mismo rango que Arévalo y también trabajaba en el COP de Carabineros de Los Álamos. Vidal tenía 30 años y era miembro de la institución desde sus 20 años, y tenía un hijo de tres años.