El brutal asesinato de Francisco Albornoz, joven técnico en Farmacia de solo 21 años, continúa causando una profunda conmoción entre sus amigos más cercanos, quienes a tres semanas del hallazgo de su cuerpo aún no logran asimilar lo ocurrido.
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Francisco desapareció tras concretar una cita mediante una aplicación de encuentros. Más de diez días después, y gracias a la confesión de Christian González, médico ecuatoriano, su cuerpo fue hallado en la quebrada del Mirador Lo Moscoso, en Placilla, Región de O’Higgins. Por el crimen, tanto González como José Miguel Baeza, chef chileno, se encuentran actualmente en prisión preventiva.
El caso remeció al país, no solo por la violencia del hecho, sino también por la joven edad de la víctima y la forma en que se desarrollaron los acontecimientos. A pesar del paso de los días, sus amigos aseguran que la herida sigue abierta.
“No hemos querido desocupar sus cosas”, confesó conmovido Leonardo Rivera, uno de los amigos de Francisco y quien ha debido tomar un rol de contención y organización en medio del duelo. “Todavía nos queda como amigos, porque no hemos querido ingresar a su habitación para desocupar sus cosas y todo eso, así que, no sé, ha sido terrible”, agregó en conversación con T13.
Rivera también hizo hincapié en el impacto emocional que ha generado esta tragedia entre quienes compartieron con Francisco día a día. “Yo soy el más preocupado por la salud mental de todo el entorno, porque no estamos bien, lógicamente”, reconoció.
El joven vivía junto a su amigo Gonzalo Ortiz y se había independizado recientemente. “Nos juntábamos siempre, compartíamos todo, conversábamos, salíamos a bailar”, recordó Leo, destacando la cercanía del grupo que conformaban con otros jóvenes del sector Santa Ana.
La historia de Francisco sigue generando interrogantes y a la espera de conocer qué ocurrió la noche en que murió el joven farmacéutico al interior del departamento del médico ecuatoriano imputado por el presunto homicidio.
