Estados Unidos está rastreando múltiples misiles lanzados desde Irán hacia bases militares estadounidenses ubicadas en Qatar e Irak. Las autoridades confirmaron que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, permanecen en la Sala de Situación supervisando los hechos.
Una de las principales preocupaciones es la Base Aérea Al Udeid en Qatar, considerada la mayor instalación militar estadounidense en Medio Oriente, la cual fue visitada recientemente por el expresidente Donald Trump, en un acto simbólico de alto perfil.
Ante la situación, Qatar decidió cerrar su espacio aéreo. Las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido en el país también emitieron advertencias a sus ciudadanos, aconsejando que “se refugiaran en el lugar”.
Además, los Emiratos Árabes Unidos tomaron una medida similar poco después del ataque, cerrando su espacio aéreo como precaución. La televisión estatal iraní anunció que este ataque era parte de una operación más amplia contra bases estadounidenses en la región.
Las fuerzas armadas iraníes describieron las bases de Estados Unidos en la región como una “gran debilidad y una espina clavada en el costado del régimen belicista estadounidense”, argumentando que no representan una fortaleza. El máximo organismo de seguridad de Irán aseguró que los ataques no constituían una amenaza para Qatar, describiéndolo como un “amigo y hermano”.
Irán utilizó una cantidad de misiles similar a la que Estados Unidos había usado previamente en ataques contra instalaciones nucleares iraníes, lo que indica una escalada significativa en el conflicto. Un funcionario israelí, que habló con el diario Haaretz, reportó que Irán disparó seis misiles a la base estadounidense en Qatar y un misil a otra en Irak.
