Las autoridades chinas detuvieron a seis personas y abrieron investigaciones tras el envenenamiento de más de 230 niños en un jardín infantil, debido a alimentos coloreados con pintura industrial que contenía plomo.
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Un informe del comité del partido provincial de Gansu, divulgado el pasado domingo, expone múltiples fallas en la seguridad y supervisión, así como intentos por encubrir el caso y sobornar a funcionarios para modificar los resultados de las pruebas.
La búsqueda de un aspecto atractivo
Según la investigación, la directora del jardín de infantes buscó aumentar las inscripciones “mejorando” la apariencia de la comida servida. Para ello, la cocinera adquirió pigmento de grado industrial en línea y lo incorporó a los alimentos, a pesar de que las etiquetas advertían que “no era para consumo”.
Los análisis revelaron niveles “anormales” de plomo en la sangre de 233 niños del jardín de infantes Peixin, ubicado en la ciudad de Tianshui. De estos, 201 niños recibieron atención médica en hospitales debido a los efectos del envenenamiento.
Las pruebas realizadas mostraron que alimentos como los pasteles de dátiles al vapor y los rollos de maíz contenían más de 2.000 veces el límite nacional de seguridad para contaminantes alimentarios. Un pastel sirvió en el desayuno y registró una cifra alarmante de 1.052 miligramos por kilogramo, mientras que el rollo de maíz alcanzó 1.340 miligramos por kilogramo. El límite nacional para plomo en trigo y almidón es de 0.5 miligramos por kilogramo.
Un pigmento utilizado en la comida tenía niveles de plomo que superaban en 400.000 veces el límite legal. A pesar de que la escuela había adquirido anteriormente colorante seguro para alimentos a un costo más bajo, optó por el pigmento industrial por sus colores “más brillantes”.
Investigaciones y consecuencias
Las imágenes de las cámaras de seguridad revelaron al personal de cocina mezclando colorante amarillo en la harina utilizada para los platos contaminados. La directora, identificada como Zhu, y un inversionista llamado Li, fueron detenidos junto a otras seis personas. Dos personas más permanecieron en “libertad bajo fianza pendiente de juicio”.
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Inicialmente, un total de 235 estudiantes fueron hospitalizados tras consumir los alimentos contaminados. Un padre de familia relató que los niños presentaron síntomas como dolor de estómago y náuseas, y que algunos incluso sufrieron oscurecimiento de los dientes. Al finalizar las pruebas, se detectó que 247 estudiantes, junto con el personal, tenían altos niveles de plomo en sangre debido a la ingesta de los alimentos.
El informe del comité provincial también destacó errores en el manejo y respuesta al caso. El Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades de Gansu no actuó adecuadamente y las pruebas realizadas no cumplían con las regulaciones de salud, lo que llevó a resultados erróneos. Además, se reportó que los resultados de las pruebas de algunos niños fueron “modificados” ilegalmente, registrando niveles de plomo mucho más bajos.
El informe criticó severamente a la gestión del Hospital Popular Segundo de Tianshui, donde se evidenció un caos en la organización y la falta de capacitación del personal. También señaló que la oficina de educación local hizo caso omiso a la operación del jardín de infantes, que cobraba tarifas elevadas, sin contar con las licencias necesarias y sin realizar inspecciones de seguridad alimentaria en jardines de infantes privados durante dos años.