Un nuevo reportaje de CHV Noticias reveló imágenes cruciales para la investigación del asesinato de Francisco Albornoz, un técnico farmacéutico de 21 años. Las grabaciones muestran a los imputados, Christian González y José Miguel Baeza, en el edificio donde el joven pasó sus últimas horas.
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En las imágenes, se observa a los acusados subiendo con maletas y bajando con un carro de supermercado que contenía un bulto envuelto en un cubrecama azul.
Los registros, parte de la indagación realizada por la Policía de Investigaciones (PDI), muestran a González, un médico ecuatoriano, y Baeza, un chef que organizó la cita con Albornoz antes de su muerte. A las 4:30 de la madrugada, el doctor es visto subiendo al edificio con dos grandes maletas desde el piso -2. Cuarenta minutos más tarde, ambos aparecen bajando con un carro de supermercado que contiene un bulto, además de varias bolsas de basura. Baeza también lleva una maleta que pesa 23 kilos.

Momentos clave en la cronología del crimen
Las imágenes captadas en video marcan un momento fundamental en la línea temporal de la desaparición de Albornoz. Poco antes de las 5:00 AM, los imputados abandonan el edificio en dirección a Irarrázaval, justo cuando familiares y amigos del joven inician una búsqueda desesperada.
Elizabeth Albornoz, hermana de Francisco, relató: “Fuimos a un Oxxo, a barberías, preguntamos en edificios... estábamos desesperados”.
Por su parte, Leonardo Rivera, un amigo cercano, expresó su frustración: “Solicitamos ayuda en el edificio y se nos negó todo tipo de información”.
Las grabaciones no solo documentan los movimientos de los imputados, sino que también reflejan el ambiente de confusión y desesperación que atravesaban los familiares en ese momento. Las imágenes han sido analizadas por las autoridades y refuerzan la hipótesis de que González y Baeza son los principales sospechosos en este caso de gran conmoción en la comunidad.
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El cuerpo de Francisco Albornoz fue hallado en la quebrada del río Tinguiririca.
Formalización
Durante la formalización realizada el sábado 7 de junio en el Centro de Justicia, la fiscal Rossana Folli descartó que la causa de muerte haya sido una sobredosis, afirmando que “Francisco sufrió un fuerte golpe en la cabeza que le provocó un traumatismo encefalocraneano”. Asimismo, enfatizó que “el crimen no fue accidental, sino que existió una clara intención previa de causar la muerte”.
El cuerpo del joven fue ocultado en un saco de dormir y trasladado en el maletero de un vehículo hasta el río Tinguiririca, desde donde fue arrojado desde una altura cercana a los 50 metros.