Una denuncia realizada por un funcionario de Gendarmería reveló un complejo entramado de privilegios y corrupción al interior de la cárcel Santiago 1, donde miembros vinculados al Tren de Aragua habrían instalado verdaderas “celdas VIP” con objetos de lujo, tecnología no permitida e incluso un sistema eléctrico clandestino. El caso tomó mayor gravedad luego de que el denunciante fuera atacado a balazos en su domicilio en Cauquenes, presuntamente como represalia por su testimonio.
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Según el relato del gendarme, el que fue recogido por Teletrece, parte del beneficio de los internos se sustentaba en la complicidad de funcionarios penitenciarios. Uno de ellos, identificado con el apodo de “el Doctor”, habría sido clave en entregar información personal que terminó por exponerlo a un atentado armado.
“Tiene de apodo ‘Doctor’, porque gana más que un médico. Tiene contacto directo con los internos y sería éste quien habría entregado todos mis datos”, declaró el funcionario, quien aseguró que el ataque en su contra dejó a su hermana en riesgo, pues ella se encontraba en el domicilio al momento de los disparos.
Lujos en medio de la prisión
El denunciante detalló que participó en un allanamiento realizado el 3 de abril en el módulo 1 del penal, donde se incautaron drogas, una cocina digital y una botella de whisky avaluada en $250.000. No obstante, aseguró que no era la primera vez que se encontraban bebidas de ese nivel en el mismo sector.
“Varias de las celdas tenían lujos, cosas que no están permitidas en los recintos. La ropa de algunas de las celdas eran solo marcas de lujo: Gucci, Versace, zapatillas Jordan”, señaló en su declaración.
Además de vestimentas exclusivas, describió cortinas que cubrían barrotes, alfombras, difusores de aromas y hasta un proyector apodado “el astronauta”, que creaba un ambiente lumínico y sonoro similar al de una habitación temática, muy lejos de las condiciones carcelarias normales.
Energía eléctrica paralela
Uno de los aspectos más alarmantes del testimonio fue la existencia de un sistema eléctrico alternativo, elaborado artesanalmente por los internos, lo que les permitía autonomía frente a los cortes de energía implementados por los gendarmes.
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“Era todo un sistema de cableado hechizo, pero conectado con las luces de emergencia del circuito eléctrico (…) si les cortaban la luz en el módulo, ellos la volvían a dar. Ellos la distribuían”, explicó el funcionario, quien aseguró haber intentado desarmar parte de la instalación, aunque no logró desmantelarla por completo.
El relato también apuntó a prácticas irregulares por parte del suboficial “el Doctor”, el mismo que fue apuntando como quien habría entregado los datos personales del gendarme denunciante a los integrantes del Tren de Aragua.
“El Doctor” habría acompañado al denunciante en viajes a Cauquenes en circunstancias sospechosas. “Me llevó en dos oportunidades a Cauquenes. La primera vez me dijo que tenía unas cajetillas de cigarro que se las regalaban los internos (…) La segunda vez se subió una niña que iba saliendo de la visita en la cárcel. Ella no habló nada en todo el viaje”, detalló.
¿Qué dijo la Fiscalía?
El fiscal del caso, Sergio Soto, remarcó que la magnitud de los privilegios no podía pasar inadvertida. “Sería imposible. Primero, se ingresaron elementos que no son de poco tamaño. Segundo, requirieron conexión a la red pública de Gendarmería. Tercero, estaba a vista y paciencia de todos los funcionarios que transitaron por ese lugar”, puntualizó.
En tanto, Helen Leal, subdirectora operativa de Gendarmería, aseguró que la institución está abordando con seriedad los hechos. “Gendarmería ha realizado y realiza acciones en investigaciones vigentes, a fin de abordar la problemática de la corrupción al interior de los recintos penitenciarios del país”, afirmó.