Los 60 años del grupo Quilapayún representan la valiosa expresión cultural de una etapa convulsionada en la historia reciente. En medio de proyectos y frustraciones, esperanzas y reencuentros del país, su música ha resonado en la memoria colectiva con ritmos y mensajes de denuncia social que, más allá del tiempo, siguen vigentes.
PUBLICIDAD
De allí que la reposición de la Cantata Popular Santa María de Iquique, en octubre próximo, convoque la atención de quienes acompañan con admiración su largo recorrido artístico en escenarios de todo el mundo e invite a revalorar su trayectoria creativa en el cantar con sentido, como pregonaba Isabel Parra.
La Cantata Santa María, emblema representativo de la Nueva Canción Chilena de fines de los 60, regresa al escenario del Teatro Caupolicán y Teatro Municipal de Viña del Mar en las funciones del 17 y 19 de octubre. Esta versión renovada contará con la participación de Quilapayún y un elenco de destacadas voces femeninas: Amaya Forch, Colombina Parra, Ema Pinto, Elizabeth Morris, Magdalena Matthey y María José Quintanilla. En plena pandemia, esta propuesta fue presentada en streaming, alcanzando más de trece mil visualizaciones.
Los integrantes del grupo, que en seis décadas llevaron su canto a escenarios de todo el mundo, resaltan la importancia de reversionar la obra con algunos matices que dan cuenta de su trascendencia y renovación. “Van a ser dos presentaciones muy especiales en Santiago y Viña del Mar, porque por primera vez vamos a presentar la Cantata con las voz de mujeres, una experencia muy bonita que durante la pandemia mostramos a través del streaming”, cuenta Ricardo Venegas Carhart a Publimetro.

Todo será distinto/no hay que dudar...
El artista explica que ambos conciertos conceden “la posibilidad de hacer una Cantata inclusiva con estas grandes cantantes, y de darle una modernización o visión distinta a la tradicional. Y es que la Cantata en sí es una historia que todo el mundo conoce sobre la tragedia que ocurrió en Santa María de Iquique, e integrar estas voces femeninas le da una característica muy mágica. Especialmente cuando ellas cantan Vamos Mujer (partamos a la ciudad/todo será distinto/no hay que dudar), que adquiere una emoción muy bonita y especial”.
“No cambia nada de la Cantata original, sólo agregamos las voces femeninas, lo que ha sido toda una experiencia en cuanto a incorporarlas a ellas, un proceso enriquecedor, que nos deja a todos muy felices”, añade. Venegas cree que será “una experiencia única, puesto que a estas presentaciones vienen otros compañeros que viven en Francia, como Carlos Quezada, Germán Gómez y Sebastián Quezada”.
Padre de Ricardo Venegas Santander, hoy también integrante del “Quila”, el músico asegura que “nunca hemos dejado de crear en estos 60 años, tenemos más de 40 discos. Pensamos que todavía tenemos mucho que decir; hay muchas injusticias en Chile y el mundo que denunciar. Nos interesó siempre llevar un mensaje a la gente y en ese proceso no nos ponemos limites: hemos hecho rap, trap, música salsera, de amor, y acabamos de grabar con Nano Stern y una cueca junto a Los Marujos”.
PUBLICIDAD
La Cantata Santa María es una de las obras musicales emblemáticas de la Nueva Canción Chilena, que funde elementos del folclor y de la música docta, con un contenido de denuncia social. En 1968, el compositor Luis Advis escribió una serie de 20 poemas luego de un viaje a Iquique. El 69 conoció al conjunto y en noviembre compuso la obra, basada en aquellos poemas y apoyo en el libro Reseña histórica de Tarapacá. La temática aborda la matanza de la Escuela Santa María de Iquique: el 21 de diciembre de 1907 obreros de las salitreras en huelga permanecían allí esperando respuesta a sus peticiones salariales cuando el general Silva Renard ordenó a sus tropas disparar contra ellos, dejando cerca de 2.600 muertos.
Quilapayún nace en 1965, cuando Julio Numhauser, Julio Carrasco y su hermano Eduardo conforman el grupo, que luego sufre modificaciones. En rigor, más de medio siglo después, la música con su mensaje de justicia, dignidad y esperanza perdura como la Cantata Santa María de Iquique, que volverá a resonar con la fuerza de la historia.