La Municipalidad de Peñalolén, junto a Carabineros y organizaciones animalistas, encabezó la demolición de un canódromo ilegal que operaba hace más de dos décadas en José Arrieta 7401, a orillas del Canal San Carlos. En el lugar se realizaban carreras clandestinas de galgos, acompañadas de apuestas, consumo de alcohol y otros hechos que generaban inseguridad en el sector.
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El operativo fue liderado por el alcalde Miguel Concha, quien subrayó la importancia de poner fin a esta práctica que mezclaba ilegalidad y maltrato animal. “Aquí había personas que disfrutaban con el sufrimiento de los galgos, lo que resulta inhumano e inaceptable. Como municipio seremos firmes en no tolerar prácticas que normalicen la violencia y el abandono”, enfatizó el jefe comunal.
Las construcciones del recinto eran precarias y se levantaron sin permisos ni respaldo técnico, lo que configuraba un riesgo de derrumbe y un incumplimiento a la Ley General de Urbanismo y Construcciones. Además, en fiscalizaciones previas se detectaron infracciones sanitarias y de tenencia responsable: perros sin microchip, falta de agua y ausencia de acreditación de vacunación.
La situación también motivó constantes denuncias de vecinos por ruidos molestos, consumo de alcohol y apuestas clandestinas. Frente a ello, el edil recalcó que la acción busca reforzar el compromiso municipal con la seguridad. “Peñalolén tiene que ser un lugar seguro para todos, y eso incluye a nuestras mascotas. No podemos permitir que un grupo de inadaptados lucre con la salud de animales ni que la crueldad se convierta en espectáculo”, sentenció Concha.