Catalina Otero Pérez ha vivido toda su vida en la Quinta Región, es abogada, fundadora de un colegio, está casada y es madre de tres hijos. Pero lo que más ha llamado la atención en su incursión política no es su currículum académico o profesional, sino la presencia constante de uno de sus acompañantes de campaña: Beltrán, su hijo de apenas dos meses, que la acompaña entre cambios de pañales y mamaderas en medio de las actividades.
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Otero postula por primera vez como candidata a diputada por el Distrito 6, en las elecciones parlamentarias que se llevarán a cabo el próximo domingo 16 de diciembre. Su decisión, asegura, no fue impulsiva, sino un acto profundamente ligado a su rol como madre. “Por mi guagua y por mis otros dos hijos, porque estoy chata del Chile en el que nacieron, estoy chata de la delincuencia, estoy chata de ver la crisis en los colegios, chata de que posterguen a las regiones, chata de la sequía, de la mala atención en salud”, sostuvo.
“Soy muy práctica y buena gestionando lo que se me ocurra y pensé: si pude fundar un colegio maravilloso también seré capaz de hacer todo lo que se necesite para mejorar las condiciones de vida de nuestro querido país”, añadió.
La rutina de Catalina, como ella misma describe, está lejos de ser sencilla. A las exigencias propias de una campaña se suma la vida cotidiana de cualquier madre reciente. “La verdad es muy intensa, pero como la vida de cualquier mamá con guagua, siempre hay que estar pendiente de la casa, ocuparse de los otros niños si tienen más hijos, estudiar con ellos. No duermo tan mal, me levanto a las xx, leo los diarios, doy papa, con mi marido preparamos el desayuno, tratamos de ordenar y luego voy con la agenda en terreno. Pesco a mi guagua, un bolso lleno de pañales y mamaderas”, relató entre risas.
Para Otero, más allá del resultado electoral, ya ha obtenido una ganancia personal y familiar. “Es que tengo una mentalidad muy práctica, yo ya gané, gané experiencia, he conocido gente increíble, sus alegrías y necesidades. A mi familia, mis hijos les estoy enseñando que se lucha por lo que uno quiere y si no saliera diputada, veré la forma de cambiar el Chile injusto en el que vivimos”, concluyó.
Su campaña se ha transformado en un ejemplo de cómo la política y la maternidad no son excluyentes, sino que, en su caso, avanzan de la mano.