La muerte de Paloma Nicole Arellano, una joven de 14 años en Durango, ha sacudido a la opinión pública. La adolescente fue intervenida quirúrgicamente para realizarse una liposucción, aumento de glúteos e implantes mamarios, procedimientos estéticos que, según el padre, se realizaron sin su consentimiento y bajo el aval de la madre.
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La Fiscalía del Estado de Durango ya investiga el caso como posible negligencia médica, encubrimiento y omisión de cuidados. El cirujano responsable es Víctor Manuel Rosales Galindo, pareja sentimental de la madre y miembro acreditado del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica.
Según testigos, la madre habría participado como asistente en los procedimientos e incluso compartía contenido desde quirófanos en sus redes sociales. La versión inicial que dio al padre fue que Paloma había fallecido por complicaciones de Covid-19. El padre, Carlos Said Arellano, recibió la noticia junto con un acta de defunción que mencionaba edema cerebral y falla respiratoria.

Sin embargo, una alerta anónima durante el velorio motivó al padre a revisar el cuerpo. Al abrir el ataúd junto a familiares, halló cicatrices recientes e implantes quirúrgicos que evidenciaban procedimientos estéticos. Al día siguiente, acudió a la Fiscalía para formalizar la denuncia.
El cuerpo fue retirado de la funeraria para una necropsia, cuyos primeros hallazgos confirman daño pulmonar y cerebral. No obstante, el informe patológico completo tardará hasta 20 días debido a que el cuerpo ya había sido intervenido previamente.
La fiscal general Sonia Yadira de la Garza aseguró que se están siguiendo todas las líneas de investigación y que el parentesco del cirujano con un exmagistrado local no interferirá en el proceso. El padre de Paloma exige que se haga justicia y que se sancione a todos los responsables por permitir que una menor fuera sometida a procedimientos que le costaron la vida.