El ministro de Hacienda, Nicolás Grau, defendió la decisión del Ejecutivo de eliminar la denominada “glosa republicana” del proyecto de Ley de Presupuestos 2026, medida que ha generado controversia tanto en la oposición como dentro del propio oficialismo.
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En conversación con CHV Noticias, Grau explicó que la propuesta del Gobierno no busca limitar la autonomía del próximo Ejecutivo, sino ofrecerle mayor flexibilidad para definir en qué áreas utilizar los recursos disponibles. “Nuestra propuesta da más libertad que la glosa republicana, porque permite reasignar fondos durante el año según las nuevas prioridades, pero con mayor control fiscal y sin dejar partidas sin destino claro”, señaló.
El ministro detalló que, cada vez que un nuevo gobierno asume, lo hace con un presupuesto aprobado previamente por el Congreso, por lo que es necesario contar con herramientas que permitan ajustar los recursos a las necesidades que surjan. “Usted va a poder definir a dónde van estos nuevos recursos y también de dónde vienen. No se lo vamos a definir nosotros desde este año con nuestras prioridades”, enfatizó.
Grau insistió en que mantener fondos sin un uso determinado —como ocurre con la glosa republicana— puede generar un riesgo para la responsabilidad fiscal. “La alternativa a lo que proponemos es tener recursos que no tienen ninguna definición de en qué se gastarían. Eso no nos parece adecuado”, afirmó.
Críticas a la decisión
Pese a los argumentos del ministro, la medida ha sido recibida con reparos por sectores políticos que consideran que eliminar la glosa limitaría la capacidad de gestión del próximo gobierno durante su primer año. Incluso, la candidata presidencial Jeannette Jara, se desmarcó de la decisión. “Creo que es una tradición que sirve para el nuevo Gobierno, una herramienta útil que permite implementar su programa desde el inicio”, expresó.
Desde la oposición, en tanto, parlamentarios han acusado al Ejecutivo de intentar “amarrar” al futuro gobierno en materia presupuestaria, restringiendo su margen de acción y debilitando la costumbre republicana de entregar una caja de recursos discrecionales.
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La discusión sobre la glosa se ha convertido en uno de los puntos más sensibles del debate presupuestario, que debe ser despachado antes del 30 de noviembre. Mientras Hacienda insiste en que el nuevo mecanismo garantiza mayor transparencia y eficiencia, los críticos sostienen que la tradición de la glosa representa un símbolo de respeto institucional hacia las administraciones entrantes.
“Se trata de equilibrar la libertad de acción con la responsabilidad fiscal”, concluyó Grau, señalando que el Ejecutivo está dispuesto a dialogar para alcanzar un consenso antes de la votación del Presupuesto 2026.