El Ala Este de la Casa Blanca fue completamente destruida por órdenes de Donald Trump para dar paso a un salón del baile en el que lleva varios años obsesionado, incluso desde cuando Barack Obama era el presidente de Estados Unidos.
Imágenes satelitales y videos de la agencia The Associated Press muestran la magnitud de la destrucción sobre la zona construida por el presidente Theodore Roosevelt in 1902.
La estructura de dos pisos de salones para cenas de Estado y oficinas, incluía el espacio de trabajo para las primeras damas y sus equipos.
¿Cuánto costará el salón de baile de Trump?
El salón de baile propuesto fue anunciado en julio con un costo de 200 millones de dólares, precio que Trump actualizó públicamente a 250 millones de dólares la semana pasada. El jueves situó el precio “en alrededor” de $300 millones.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó que el incremento en el costo de la demolición y la construcción se debe a cambios que ocurren con cualquier construcción. “Los planes cambiaron cuando el presidente escuchó el consejo de los arquitectos y las empresas de construcción, los cuales dijeron que, para que esta Ala Este sea moderna y hermosa por muchos, muchos años, para que sea una estructura verdaderamente fuerte y estable, era necesaria esta fase uno en la que estamos”, declaró Leavitt en su rueda de prensa el jueves.
La obsesión de Trump para un salón de baile en la Casa Blanca es de larga data. En 2010, llamó a un asesor del presidente Barack Obama y se ofreció a construir uno, pero su oferta no fue rechazada.
Gobierno de Trump está molesto por las críticas
La destrucción del Ala Este ha sido muy criticada por la decisión unilateral de Donald Trump de arrasar con un pedazo de historia de la casa del gobierno de Estados Unidos y su obsesión por dejar un “legado” de su paso por a Casa Blanca.
La demolición comenzó el lunes de la semana pasada sin previo aviso y a pesar de no tener la aprobación de las agencias gubernamentales relevantes con jurisdicción sobre la construcción en edificios federales.
El Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica indicó que el proceso de revisión, que incluye comentarios del público, proporcionaría “una oportunidad crucial para la transparencia y una participación amplia, valores que han guiado la preservación de la Casa Blanca bajo cada cada gobierno desde la competencia pública en 1792 que produjo el diseño original del edificio”.
La Casa Blanca ha rechazado las críticas al plan del salón de baile y la demolición del Ala Este, haciendo referencia a la historia de adiciones a la mansión ejecutiva durante sus más de 200 años de existencia. Los asesores de Trump argumentan que el plan del presidente continúa con esa historia, aunque el salón de baile propuesto sería la mayor de todas las modificaciones que se le han hecho a la residencia presidencial.
Trump arremetió el miércoles contra un periodista que le preguntó sobre las críticas de que no ha sido transparente sobre lo que está haciendo a una de las construcciones más famosas del mundo. “Se lo he mostrado a todos los que querían escuchar”, declaró el mandatario republicano en el Despacho Oval, refiriéndose a copias de representaciones del salón de baile que él sostenía.
Historia del Ala Este de la Casa Blanca
El Ala Este, que está al otro lado de la Avenida Ejecutiva Este frente al Departamento del Tesoro, fue la base tradicional de operaciones para la primera dama y su personal, junto con la oficina social, la oficina militar y la oficina de visitantes, entre otros. Esas operaciones han sido reubicadas temporalmente a espacios de trabajo en otro lugar de la Casa Blanca.
El Ala Este es donde los visitantes entraban para los recorridos públicos y para asistir a eventos, tales como cenas de Estado en la Casa Blanca, recepciones en días feriados y otros eventos. Los recorridos se suspendieron a finales del verano, en preparación para la construcción del salón de baile.
El ala también se encontraba sobre un búnker de emergencia y circundaba el jardín de la primera dama, que lleva el nombre de Jacqueline Kennedy y que fue removido para permitir la construcción del salón de baile que tanto obsesiona a Trump.

