La justicia argentina condenó a cadena perpetua al ingeniero chileno Hernán Felipe Herrera por el femicidio de Christelle Verónica Heredia, ocurrido en junio de 2024 en la ciudad de Córdoba. La sentencia fue dictada este miércoles por el Tribunal Número 12ª del Crimen, ante la presencia de familiares y amigos de la víctima.
Según consignó el medio Perfil, Herrera fue hallado culpable de homicidio agravado por el vínculo, violencia de género, amenazas y privación ilegítima de libertad, cargos que lo enfrentan a la pena más alta del sistema penal argentino.
Durante el juicio, María Teresa Alfaro, madre de Christelle, entregó un desgarrador testimonio ante los magistrados. “Esto nos arruinó la vida. Nos destruyó. El papá de Christelle murió hace meses por esto”, expresó entre lágrimas. La mujer también increpó directamente al acusado: “Te vas a pudrir, asesino. Es una bestia sanguinaria, tiene que estar donde está”.
La investigación judicial reveló que la relación entre Herrera y Heredia, que duró ocho meses, estuvo marcada por violencia psicológica, física y económica. De acuerdo con el fallo, el ingeniero atacó brutalmente a la joven, apuñalándola y golpeándola antes de llamar al servicio de emergencias argentino (911) para confesar el crimen.
El tribunal también consideró los antecedentes psiquiátricos del condenado, quien había sido diagnosticado en Chile con trastorno bipolar y personalidad obsesiva. No obstante, los peritos determinaron que al momento del femicidio era plenamente consciente de sus actos.
Además, se confirmó que Herrera tenía antecedentes por violencia de género en Chile, con al menos dos denuncias previas por parte de exparejas, una de ellas con lesiones comprobadas judicialmente.
Durante el juicio, Cecilia Nahir Sigán, amiga cercana de la víctima, describió la relación como “controladora y manipuladora”. Según su testimonio, Herrera ejercía un control absoluto sobre la joven: “Le decía que no hablara con nadie, que no saliera, que no se vistiera así. Le repetía: ‘O sos mía o no sos de nadie’”.

