En medio de un clima electoral que está por llegar a su punto más alto este domingo, en Chillán Viejo, región de Ñuble, hay una campaña que llama la atención por su carácter internacional.
Se trata de Woodison Merisma, más conocido como “Tulón”, un vendedor de turrones que aspira a convertirse en el próximo presidente de Haití.
Según El Dínamo, Merisma, de 35 años, lleva una década viviendo en Chile, donde ha levantado dos emprendimientos: una pequeña frutería llamada “El Rey del Tulón” y su tradicional negocio de turrones. Este sábado 15 de noviembre se celebrarán las elecciones presidenciales en su país, y él figura entre los aspirantes.
Un símbolo del sueño migrante en Ñuble
Merisma llegó a Chile alrededor de 2015, huyendo de la inestabilidad de Haití. Se estableció en Chillán Viejo, donde rápidamente se ganó el cariño de la comunidad. Siempre con una sonrisa, atiende a vecinos y conductores en el peaje sur de la ciudad. Su apodo “Tulón” nació de su peculiar pronunciación de “turrón”, el dulce que lo hizo conocido.
“El Rey del Tulón” es hoy un ícono local, ejemplo de esfuerzo y superación. Desde su frutería y su puesto ambulante, Merisma ha logrado estabilidad económica y reconocimiento social, encarnando el espíritu del migrante que progresa desde cero.
Una campaña “internacional” y un mensaje de esperanza
Merisma se postuló como candidato presidencial con un lema inspirador: “Cambiar Haití con el poder de Chile”. Asegura que no está “loco”, sino motivado por el sufrimiento que vio en su país: la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades.
Su campaña es única es coordinada a distancia desde Chile, con apoyo de la diáspora haitiana y un equipo en Puerto Príncipe. Aunque las encuestas no lo favorecen, su figura se ha convertido en un símbolo de esperanza. En Chillán Viejo incluso colgó propaganda política, que fue retirada por Carabineros por falta de permiso. Sin embargo, Merisma reaccionó con humor: “¡Viva Chile!”, exclamó tras el incidente.
Es así que “Tulón” sigue firme en su sueño: unir sus dos mundos, Chile y Haití, bajo un mismo ideal de esperanza y resiliencia.