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“Nunca pensé que me iba a pasar esto”: Llegó a Chile el joven de 19 años que estuvo detenido en “Alligator Alcatraz” en Estados Unidos

Domingo Ballas estuvo detenido por dos semanas en dicha cárcel transitoria para inmigrantes inaugurada por Donald Trump.

Domingo Ballas, joven de 19 años detenido en Estados Unidos | Captura: T13
Domingo Ballas, joven de 19 años detenido en Estados Unidos Captura: T13

Este domingo arribó a nuestro país el joven chileno de 19 años que estuvo retenido por dos semanas en la cárcel “Alligator Alcatraz” de Estados Unidos, Domingo Ballas. Él fue liberado este sábado, y regresó a Chile junto a sus padres.

Ballas llegó a EE. UU. con una visa de estudiante F1, pero esta fue revocada después de que se trasladó de la universidad que la había solicitado. Esto con el fin de llegar a jugar a Lakeland United de Florida y, para esto, solicitó una visa B2, la cual quedó en un estado “pendiente”.

El 8 de noviembre, el joven estaba tomando cerveza en la calle con un grupo de amigos cuando fueron abordados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), que lo terminó deteniendo.

Estuvo en una prisión en Orlando, pero después fue trasladado al South Florida Detention Facility, mejor conocido como “Alligator Alcatraz”, donde permaneció por dos semanas, según lo consignado por T13.


Las declaraciones del joven

En el aeropuerto conversó con los medios, y las cámaras del medio citado lo captaron diciendo que esta situación fue “una locura, pero fue una experiencia inolvidable. Son cosas que quedan para la vida y uno también lo toma como algo bueno para la vida y una experiencia que le ayuda en un futuro para mejorar (...) Estoy en shock, nunca pensé que me iba a pasar esto”.

Sobre el momento cuando fue detenido por personal de ICE, él recordó que “simplemente aplicaban, no decían nada, y uno tenía que esperar, tener paciencia, yo estaba con la calma, con la mentalidad de que todo iba a salir bien, y así fue”.

Cuando llegó a “Alligator Alcatraz”, él estaba incomunicado. “Estaba desesperado, no sabía qué hacer, lo único que quería era llamar a mi familia. Nunca pensé que iba a estar en una situación así, esposado, en una cárcel de alta seguridad”, indicó.

Él aseguró que sí fue víctima de discriminación, y lo atribuyó a cómo se comportan los guardias en las cárceles. “La cárcel es una locura como dicen, es una jaula, te tienen ahí encerrado, te dan comida tres veces al día”, explicó.

Al hablar sobre las otras personas que se encontraban en el centro de detención, Ballas señaló que “había gente de todo tipo, también gente a la que la habían agarrado por cosas que nada que ver, fue una locura, hay gente de todo tipo”.

Su estadía en Alligator Alcatraz

La madre del joven, Francisca de la Barra, también prestó declaraciones a los medios en el aeropuerto y señaló que su hijo intenta mantenerse compuesto. Ella recalcó lo horrible que ha sido esta situación como familia, especialmente por la falta de comunicación.

“Es triste porque si la gente emigra es porque tiene necesidades, no es el caso de mi hijo porque fue a estudiar, pero él conoció a gente muy buena que lo ayudó, con historias de vida terribles”, comentó la mamá.

Hace unos días, De la Barra entregó crudos detalles a The Clinic sobre la estadía de su hijo en “Alligator Alcatraz”, la cárcel transitoria para inmigrantes inaugurada por Donald Trump. Ella partió diciendo que al recinto carcelario llegó “encadenado desde el cuello, estómago y grilletes en los pies”.

“Recién al día siguiente a las 6 de la mañana logró llamarme y decirme dónde estaba, ya que no dan información ni asistencia alguna en esa cárcel. Ahí estuvo preso otra semana más, en una jaula metálica de 80 metros cuadrados para 44 personas con tres inodoros en el medio”, detalló la madre.

“Uno para hacer deposiciones con una sábana para tener algún grado de privacidad y otros dos solo para orinar. Desde ahí tienen acceso a un teléfono que se turnan con largas colas y por 15 minutos. Tienen recreos de 20 minutos solo los lunes, miércoles y viernes. Derecho a bañarse también tres veces a la semana. Lo peor es el hambre y la poca comida”, añadió.

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