El descubrimiento sobre el llamado ‘interruptor’ del dolor, publicado en Science, revela que las neuronas liberan una enzima fuera de su cuerpo celular que actúa como un ‘interruptor’ para activar la señalización del dolor.
Los investigadores, dirigidos por Matthew Dalva, del Instituto del Cerebro de Tulane, y Ted Price, de la Universidad de Texas en Dallas, descubrieron que las neuronas pueden liberar una enzima llamada quinasa solitaria de vertebrados (VLK) en el espacio exterior a la célula.
Esto es significativo porque, en lugar de la señalización intracelular tradicional, la VLK modifica las proteínas de la superficie de las células vecinas, lo que desencadena respuestas de dolor después de una lesión, sin comprometer el movimiento o la sensación normales.

UNA NUEVA VISIÓN
Este hallazgo replantea la forma en que los científicos entienden las conexiones sinápticas.
La VLK liberada por las neuronas activas potencia la función de los receptores implicados en el dolor, el aprendizaje y la memoria, en particular el receptor NMDA.
La Universidad de Princeton y otros colaboradores demostraron que, al eliminar la VLK de las neuronas sensibles al dolor en ratones, el dolor posquirúrgico se reducía drásticamente, pero sus funciones sensoriales y motoras normales permanecían intactas.
Esto sugiere que la VLK desempeña una doble función, ya que influye tanto en las vías del dolor como en la plasticidad de las conexiones neuronales.
IMPLICACIONES
Dado que la VLK actúa fuera de la célula, ofrece un objetivo terapéutico prometedor. En lugar de diseñar fármacos para bloquear los receptores intracelulares, que a menudo tienen efectos secundarios graves, los tratamientos futuros podrían centrarse en inhibir la VLK directamente en el espacio extracelular.
Este enfoque podría reducir los efectos no deseados, simplificar el diseño de fármacos y allanar el camino para un alivio del dolor más preciso y seguro.
“Hemos podido revelar un mecanismo que tiene implicaciones no solo para el dolor, sino también para el aprendizaje y la memoria en todas las especies”, aseguró Matthew Dalva, coautor del estudio y miembro de Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Tulane.

