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“Cometa 3I/ATLAS acelera como si tuviera propulsión propia”: Alerta científico tras nuevas imágenes

Loeb afirma que la masa perdida por 3I/ATLAS es insuficiente para justificar su aceleración según los modelos habituales de cometas

El astrofísico propone que un sistema de propulsión podría explicar mejor los datos que la sublimación natural del hielo del cometa.
El astrofísico propone que un sistema de propulsión podría explicar mejor los datos que la sublimación natural del hielo del cometa. Fotos: Mitsonuri Tsumura y Avi Loeb

El misterio del cometa interestelar 3I/ATLAS volvió a encenderse después de que nuevas imágenes captadas por astrónomos aficionados mostraran un comportamiento difícil de explicar con las leyes normales de la física.

El astrofísico Avi Loeb, una de las voces más reconocidas en el debate sobre objetos interestelares, aseguró que la aceleración del visitante no coincide con lo que debería hacer un cometa natural… pero sí con un objeto impulsado por algún tipo de propulsión propia.

Aunque suena como trama de película, el punto técnico de Loeb es simple: los números no cuadran.

Una aceleración demasiado fuerte para un cometa común

Los nuevos cálculos se basan en imágenes tomadas entre el 22 y 24 de noviembre, donde se aprecia una cola y una anti-cola extremadamente largas. En teoría, un cometa acelera cuando el hielo de su superficie se derrite y sale expulsado, empujándolo como un chorrito de vapor. Pero para que 3I/ATLAS lograra la aceleración observada, tendría que haberse desintegrado a un nivel masivo.


Loeb explica que, si todo fuera natural, el cometa habría tenido que perder más del 10% de su masa en apenas dos meses, algo tan grande que debería haberlo vuelto inestable. Sin embargo, el objeto sigue intacto y manteniendo una forma relativamente definida.

Por eso, según el científico, la aceleración medida “no se sostiene con la pérdida de masa observada”. Ahí inicia la polémica.

La hipótesis que incomoda: un impulso externo explica mejor los datos

Loeb no dice que sea una nave, ni que haya vida detrás. Su punto es más frío: si la aceleración fuera producto de un sistema de propulsión, incluso uno muy básico, los números encajarían mejor.

¿Por qué? Porque un propulsor —como los que usan satélites o sondas espaciales— puede generar un empuje fuerte con muy poca masa expulsada. Según sus cálculos, un motor químico o iónico podría producir el mismo impulso usando entre 100 y 10,000 veces menos masa que un cometa sublimando hielo. Eso explicaría por qué 3I/ATLAS acelera sin perder grandes fragmentos.

No es una afirmación absoluta, pero sí una línea de investigación que Loeb insiste en no descartar.

Imágenes que levantan más preguntas

Varias fotografías tomadas desde Japón, España y Chile muestran una anti-cola extremadamente densa, orientada hacia el Sol. Lo llamativo es que esa anti-cola parece tener suficiente fuerza para “empujar” contra el viento solar, algo muy inusual. Para lograrlo, la densidad externa tendría que ser un millón de veces mayor que la del viento solar, según los cálculos publicados.

Eso deja a muchos astrónomos preguntándose si 3I/ATLAS está expulsando material de una forma desconocida o si estamos frente a un fenómeno que nunca se había visto en un objeto proveniente de fuera del Sistema Solar.

Lo que viene: diciembre será decisivo

El cometa pasará en su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre, a una distancia segura, pero lo suficientemente cerca para que telescopios como el Hubble y el James Webb obtengan imágenes más precisas.

Ahí se definirá si 3I/ATLAS es:

  • un cometa natural con comportamientos extremos,
  • un remanente interestelar con composición exótica,
  • o un objeto cuyo movimiento requiere una explicación distinta.

Loeb asegura que “el veredicto depende de los datos que llegarán en diciembre”.

       

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