Un nuevo análisis sobre el cometa 3I/ATLAS, que atraviesa actualmente el Sistema Solar, revela características que lo distinguen de cometas comunes y plantea la posibilidad de que actúe como vector de vida en otros mundos.
Según los resultados publicados recientemente, 3I/ATLAS preserva un núcleo primitivo, rico en hielo de agua, metales nativos, materia orgánica y sulfuros de hierro.
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Conforme el cometa se acerca al Sol, el calor provoca la sublimación de hielos y activa procesos de criovulcanismo —erupciones de materiales volátiles en condiciones extremadamente frías— que liberan gases y polvo.
Esos procesos internos podrían desencadenar reacciones químicas —similares a las catalizadas por metales en ambientes húmedos— capaces de generar compuestos orgánicos complejos. Especialmente relevantes son las reacciones tipo Fischer-Tropsch, que favorecen la formación de moléculas ricas en carbono y metales como níquel.
Para los autores del estudio, este cóctel de ingredientes —agua, metales y materia orgánica— convierte a 3I/ATLAS en un “candidato natural” para transportar los precursores de la vida hacia planetas u otros cuerpos que logren capturar sus escombros. Así como en la Tierra se plantea que cometas y meteoritos habrían contribuido al origen de la vida, este cometa interestelar podría cumplir una función equivalente en otros rincones del cosmos.

Cabe destacar que 3I/ATLAS fue detectado por primera vez el 1 de julio de 2025 por la estación del sistema ATLAS en Chile, cuando ingresaba al Sistema Solar interior. Su alta velocidad relativa al Sol y su trayectoria hiperbólica indican que sólo lo visitará una vez: no está ligado gravitacionalmente a nuestro sistema.
Por su naturaleza inusual —humedecido por hielos, enriquecido en metales y materia orgánica— y por los procesos que lo activan, 3I/ATLAS representa una oportunidad única para estudiar cómo los objetos interestelares podrían sembrar vida a escala galáctica.

