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¿Educación o zona de guerra? Estudiantes pierden hasta 47 días de clases por violencia en liceos emblemáticos

Tres profesoras del Instituto Nacional fueron rociadas con bencina durante protestas: autoridades califican los hechos como “pura delincuencia”

Con bombas, bencina y amenazas físicas, liceos emblemáticos denuncian crisis estructural: educación pública convertida en zona de riesgo.
Con bombas, bencina y amenazas físicas, liceos emblemáticos denuncian crisis estructural: educación pública convertida en zona de riesgo. Imagen: Gemini

En 2025, varios liceos emblemáticos de Santiago han vivido una escalada inédita de violencia que ha convertido sus pasillos en algo parecido a una zona de guerra. Las consecuencias han sido devastadoras: jornadas escolares suspendidas, docentes agredidas y una generación estudiantil perdiendo semanas enteras de enseñanza.

Violencia extrema dentro de recintos escolares

El 28 de noviembre, en el Instituto Nacional José Miguel Carrera (IN), tres profesoras fueron rociadas con bencina por encapuchados que irrumpieron en el recinto. Según la rectoría, además de agresiones físicas hubo daños de diversa índole.

El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, calificó los hechos como “pura delincuencia”. Dijo:

“Los conflictos de uso de la violencia en establecimientos educacionales … ocupando bombas incendiarias o atentando contra el personal docente… ya no es un asunto de convivencia escolar; eso es esencialmente delito.”

Según Cordero, los responsables no son solo estudiantes descontentos: “estos menores no funcionan solo organizados por ellos, sino que además están amparados por la intervención de adultos”.


Suspensión reiterada de clases: hasta 47 días perdidos

Solo en el Instituto Nacional se informó la suspensión de clases tras episodios violentos. Por ejemplo, el 14 de noviembre se suspendió la jornada de mañana por bombas molotov lanzadas por “overoles blancos”.

Según reportes recientes, ese liceo figura entre los que acumulan hasta 47 días perdidos en 2025 en su jornada de mañana. Esa cifra —y otras similares en establecimientos igual de emblemáticos— evidencian una crisis profunda.

Un editorial reciente, publicado en La Tercera, destaca que más del 30% de los días de clases del primer semestre en el Instituto Nacional se perdieron por paros o movilizaciones violentas.

Detenciones y red de violencia organizada

Las autoridades no ocultan que detrás de estos actos hay organización. El 29 de octubre se registraron 15 detenciones en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) por desórdenes, lanzamiento de bombas molotov y corte de calles. Entre los detenidos hay menores de tan solo 13 años.

Entonces, el alcalde de Santiago, Mario Desbordes, confirmó que cinco de los detenidos eran alumnos del Instituto Nacional y que los otros dos pertenecían al INBA. Todos están suspendidos y sometidos a procesos disciplinarios.

Docentes bajo amenaza, estudiantes sin futuro

La violencia no solo afecta cronogramas escolares: pone en riesgo la integridad física de docentes y estudiantes. Las profesoras rociadas con bencina —sin una sola agresión aislada— marcan un umbral inédito.

Para muchos jóvenes, este año no será recup­erable: la pérdida de decenas de días de clases compromete su continuidad académica, y deja un daño difícil de cuantificar. Un medio chileno lo advierte: el deterioro sostenido pone en jaque a liceos que fueron emblemas de excelencia hace décadas.

El Estado en falta: autoridades admiten descontrol

Tras los hechos, la Contraloría General de la República (CGR) ofició a la Superintendencia de Educación de Chile y al municipio de Santiago para que expliquen “todas las medidas adoptadas para evitar la reiteración de situaciones de violencia” tras el ataque a las profesoras.

En tanto, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, afirmó que los actos constituyen delitos y que el Estado no puede usar la “inteligencia” para sancionar: las investigaciones deben manejarse por el Ministerio Público.

       

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