El primer Índice de Valoración Social de la Educación Parvularia en Chile —realizado por Educación Inicial 2030, Elige Educar y el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, con apoyo de Fundación Arcor y datos levantados por NielsenIQ— entregó una radiografía inédita sobre cómo la ciudadanía percibe este nivel educativo.
La encuesta, aplicada a 1.110 personas con y sin hijos a nivel nacional, muestra un amplio consenso respecto a la importancia de la educación inicial: un 84% considera que mejora el rendimiento escolar posterior y un 83% atribuye alta relevancia a la asistencia desde los 2 años.
“La educación parvularia de calidad es una inversión invaluable para el desarrollo integral, porque en los primeros años se forma la base del aprendizaje y del desarrollo cerebral”, destacó José Manuel Jaramillo, de Educación Inicial 2030.
La calidad del sistema aparece como la dimensión mejor evaluada, con 84 puntos en el índice. Pese a ello, persisten brechas en el reconocimiento hacia las educadoras de párvulos: un 58% estima que reciben remuneraciones inadecuadas y un 45% siente que su labor carece del prestigio que merece. “Hay una disonancia entre la valoración ciudadana y el reconocimiento laboral que hace el mercado”, advirtió Juan Pablo Valenzuela, director del CIAE.
Persisten aprensiones y barreras de acceso
Aunque la educación parvularia goza de alta valoración, 6 de cada 10 encuestados prefieren que los niños permanezcan en el hogar antes de los 2 años. Si bien la asistencia entre los 5 y 6 años cuenta con respaldo del 96% de los consultados, este apoyo cae a 46% para menores de 2 años, cifra que igualmente supera ampliamente el 18,5% de participación actual en sala cuna según datos de 2024 de la Subsecretaría de Educación Parvularia.

Las principales preocupaciones apuntan al riesgo de contagios (61%) y a infraestructura considerada insuficiente o insegura (55%). A ello se suman dificultades estructurales como falta de cupos, altos costos, incompatibilidad horaria con las jornadas laborales y problemas de transporte.
“Este índice refuerza la importancia de derribar las barreras culturales y sociales que aún impiden el acceso a experiencias educativas tempranas de calidad”, sostuvo María Laura Berner, directora ejecutiva de Fundación Arcor Chile.
El estudio también evidencia que el acceso a educación inicial de calidad es percibido como desigual, especialmente según ruralidad (46%), nivel socioeconómico (41%) y necesidades educativas especiales (41%).
“Si bien la ciudadanía valora profundamente la educación inicial, este reconocimiento convive con aprensiones que limitan la participación, especialmente en los primeros años. Acompañar a las familias e informar a la ciudadanía es clave para avanzar hacia mayor cobertura y mejores oportunidades desde la primera infancia”, concluyó Consuelo del Canto, directora de Investigación de Elige Educar.

