El debate sobre el misterioso cometa interestelar 3I/ATLAS acaba de subir de nivel. No por una nueva imagen, ni por un nuevo dato astronómico, sino por una denuncia de censura científica que ha encendido la discusión dentro y fuera de la academia.
El astrofísico Avi Loeb, una de las voces más activas en el análisis del objeto, reveló que un editor de una revista especializada lo obligó a eliminar una conclusión clave de uno de sus primeros estudios sobre 3I/ATLAS. La frase cuestionada sugería que la trayectoria del cometa podría favorecer la hipótesis de un posible diseño tecnológico, una idea que, según Loeb, incomodó a quienes buscaban mantener la interpretación estrictamente cometaria.
La frase vetada: ¿qué decía?
De acuerdo con Loeb, el editor científico le pidió retirar una línea donde afirmaba que, si 3I/ATLAS tuviera un tamaño mayor a 10 kilómetros, su trayectoria hacia el interior del Sistema Solar podría estar “favorecida por diseño tecnológico”.
La frase, aunque presentada como posibilidad y no afirmación, fue considerada demasiado provocadora para el artículo. Loeb asegura que esto lo motivó a elaborar un estudio completo sobre la hipótesis tecnológica, que finalmente fue publicado en otra revista.
La censura no cayó bien entre sectores que defienden la libre exploración de ideas científicas, especialmente cuando se habla de objetos interestelares, de los cuales solo conocemos tres en toda la historia.
Un cometa lleno de anomalías
El caso se complica porque 3I/ATLAS no se comporta como un cometa convencional. En total, Loeb ha documentado 13 anomalías, entre ellas:
- Anti-cola que no puede explicarse con polvo fino.
- Aceleración no gravitacional difícil de justificar con sublimación.
- Cambios de brillo periódicos de 16.16 horas, similares a un “latido”.
- Proporciones químicas inusuales, dominadas por CO₂.
- Posible enjambre de objetos en la anti-cola.
- Estas características mantienen abierto el debate sobre qué es realmente 3I/ATLAS y cuál es su origen.
¿Por qué incomoda tanto esta hipótesis?
Para Loeb, la resistencia no tiene que ver con los datos, sino con la cultura científica:
- Discusiones sobre tecnología extraterrestre se consideran “fuera de límites”.
- Cualquier interpretación alternativa al modelo cometario se cataloga como especulación.
- Proponer hipótesis audaces puede afectar reputación, financiamiento o aceptación académica.
Loeb compara esta actitud con la búsqueda de los neutrinos estériles, una partícula hipotética que consumió casi 90 millones de dólares en experimentos que finalmente no encontraron nada. “A nadie le pareció descabellado buscar una partícula fantasma”, dice, “¿pero sugerir que un objeto interestelar podría tener origen tecnológico es inadmisible?”