Europa está enfrentando un brote récord de gripe A del subtipo H3N2, impulsado por una variante llamada subclado K, que se ha propagado más rápido y de forma anticipada durante esta temporada de invierno en ese lado del hemisferio. Esto ha generado presiones importantes en los sistemas de salud de varios países.
¿Por qué preocupa la variante K?
La variante K tiene mutaciones adicionales que la hacen más contagiosa y reducen ligeramente la eficacia de las vacunas tradicionales contra la gripe, aunque estas siguen ofreciendo protección, especialmente contra cuadros graves de la enfermedad.
En países como Reino Unido y España, la circulación del virus está muy por encima de lo habitual para esta época, con una incidencia de casos varias veces mayor que en temporadas anteriores.
Las autoridades sanitarias europeas han reforzado medidas preventivas y hospitalarias ante el aumento de contagios y el riesgo de saturación.
En Europa se espera un número significativo de hospitalizaciones por gripe, cifras que no se veían desde 2010.
En Estados Unidos y Canadá, los CDC confirman que la variante K ya es dominante y que la temporada de gripe podría extenderse más de lo habitual.
¿Qué le espera a América Latina?
Hasta ahora no se han confirmado casos de la variante K en Sudamérica, pero los expertos consideran que su posible llegada es cuestión de tiempo.
Especialistas sugieren anticipar la campaña de vacunación contra la gripe, recomendando que se programe temprano en el año (por ejemplo, en marzo) para proteger mejor a la población vulnerable antes de que comience el invierno austral.
Las autoridades de salud en las Américas —incluida la Organización Panamericana de la Salud (OPS)— han pedido a los países preparar sus sistemas sanitarios, reforzar la vigilancia y ajustar la organización de servicios ante la probabilidad de mayor circulación viral.

