Desde Estocolmo, Julian Assange activó este martes una ofensiva judicial sin precedentes contra la Fundación Nobel. La denuncia penal, presentada ante la Autoridad de Delitos Económicos de Suecia y la Unidad de Crímenes de Guerra, acusa a 30 personas vinculadas a la institución, incluida su cúpula, de delitos graves relacionados con el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz 2025 a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado.
Según el escrito, el desembolso pendiente de 11 millones de coronas suecas (1,18 millones de dólares) constituiría una apropiación indebida grave y un acto de facilitación de crímenes de guerra y de lesa humanidad, al contravenir de forma directa el testamento de Alfred Nobel.
El testamento como eje de la acusación
Assange centra su argumento en el mandato original del Nobel de 1895, que establece que el premio debe reconocer a quien haya realizado “la mayor o mejor obra por la fraternidad entre las naciones” y por la reducción de los ejércitos y la promoción de la paz. En ese marco, sostiene que “La decisión política del comité de selección noruego no suspende el deber fiduciario de los administradores de fondos suecos”. Y añade: “Cualquier desembolso que contradiga este mandato constituye una apropiación indebida de la dotación”.
La denuncia apunta directamente a la presidenta de la Fundación Nobel, Astrid Söderbergh Widding, y a su directora ejecutiva, Hanna Stjärne, a quienes acusa de haber convertido “un instrumento de paz en un instrumento de guerra”.
Guerra, petróleo y respaldo político
El escrito vincula el premio a Machado con el actual escenario militar en el Caribe, descrito por analistas como “el mayor despliegue militar de EE. UU. en el Caribe desde la Crisis de los Misiles en Cuba”. Assange afirma que Machado ha incitado de forma reiterada a una intervención militar estadounidense en Venezuela, incluso ofreciendo acceso a recursos estratégicos tras un eventual derrocamiento de Nicolás Maduro.
“Usando su posición elevada como receptora del Premio Nobel de la Paz, Machado bien puede haber inclinado la balanza a favor de la guerra, facilitada por los sospechosos nombrados,” sostiene Assange.
Entre las pruebas citadas figuran declaraciones públicas como: “La escalada militar puede ser la única vía... Estados Unidos puede necesitar intervenir directamente” y su afirmación histórica ante el Congreso estadounidense en 2014: “El único camino que queda es el uso de la fuerza”.
Congelar fondos y escalar el caso
Assange solicita congelar de inmediato los fondos del premio, incautar documentos internos, interrogar a los responsables y, de ser necesario, remitir el caso a la Corte Penal Internacional. “La dotación de Alfred Nobel para la paz no puede usarse para la promoción de la guerra,” afirma, advirtiendo que esta acción busca evitar que el Nobel “se convierta permanentemente de un instrumento de paz en un instrumento de guerra”.