El Chile post electoral no sólo procesa una derrota histórica de la izquierda y la llegada de un gobierno ultraconservador. También asiste a una batalla simbólica donde la lealtad ideológica se mide en tiempo real. En ese escenario, la palabra “traidor” se ha convertido en el principal dardo político tras la victoria de José Antonio Kast frente a Jeannette Jara.
En redes sociales como X, el término se repite miles de veces para descalificar a políticos, periodistas y figuras públicas acusadas de oportunismo, tibieza o concesiones imperdonables. Más que un insulto aislado, funciona como una etiqueta que ordena el nuevo mapa del poder y expone las heridas abiertas del proceso electoral.
El fuego amigo en la derecha: Chahuán en la mira
Uno de los blancos preferidos de la derecha dura es el senador de Renovación Nacional Francisco Chahuán. Tras felicitar a Kast y celebrar el “triunfo histórico” de la oposición, fue acusado de “subirse al carro ganador” luego de haber mantenido posiciones moderadas y acuerdos con el gobierno saliente.
Los reproches no son nuevos, pero se intensificaron tras la elección. Se le recuerda su participación en el segundo proceso constitucional, rechazado masivamente, su apoyo a la reposición de fondos al Instituto Nacional de Derechos Humanos y su rol en acuerdos que, para sectores radicales, “salvaron” al gobierno de Gabriel Boric. Influencers y cuentas republicanas incluso advierten a Kast que no le otorgue cargos, calificándolo como “centro-derecha tibio” que ahora busca alinearse con el poder.
Boric y la traición desde todos los frentes
El presidente saliente, Gabriel Boric, concentra acusaciones de “traidor” desde ambos lados del espectro político. Desde la izquierda, se le responsabiliza indirectamente del ascenso de Kast por no cumplir las promesas surgidas tras el estallido social y ceder en materias clave como pensiones, litio y procesos constituyentes.
Su rápida felicitación a Kast y su llamado a la unidad fueron interpretados por sectores progresistas como una rendición. Comentarios internacionales, como el de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, quien señaló que en su país no pasaría algo similar porque “no hemos traicionado lo que nos comprometimos”, reforzaron esa lectura. Desde la derecha, en cambio, lo acusan de políticas migratorias blandas y de haber permitido el escenario que llevó al triunfo de Kast.
Migración y medios: el caso Cavada
La palabra “traidor” también alcanzó al periodista Rafael Cavada, en un contexto marcado por el debate migratorio. Tras difundir un mensaje dirigido a migrantes irregulares en la frontera, advirtiendo sobre futuras deportaciones masivas con Kast en el poder, fue acusado desde la derecha de “ayudar” a migrantes en lugar de respaldar el control fronterizo.
El episodio derivó en denuncias ante el CNTV y en una fuerte viralización en redes, conectándose con el clima anti-migrante que se intensificó tras la elección.