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“Probablemente no recuperes el control de esfínter”: Fernanda Hansen recordó el accidente que sufrió en 2009 y que marcó su vida

La comunicadora habló en profundidad sobre el grave accidente que sufrió mientras cabalgaba, el diagnóstico neurológico y el largo camino hacia su recuperación.

“Probablemente no recuperes el control de esfínter”: Fernanda Hansen recordó el accidente que sufrió en 2009 y que marcó su vida
“Probablemente no recuperes el control de esfínter”: Fernanda Hansen recordó el accidente que sufrió en 2009 y que marcó su vida

La periodista Fernanda Hansen recordó uno de los episodios más complejos de su vida al referirse al grave accidente que sufrió en 2009, cuando cayó de un caballo mientras cabalgaba. El relato fue compartido en el programa Conversaciones que Abrazan, conducido por la escritora Paula Assler, donde Hansen abordó sin filtros las consecuencias físicas y emocionales que enfrentó tras el impacto.

El accidente ocurrió cuando, según explicó, decidió montar un caballo de polo sin dimensionar las diferencias que existen con uno de paseo. “Me encantaba andar a caballo. Mi torpeza fue subirme a un caballo de polo que no es lo mismo que un caballo de paseo”, relató. El equino se desbocó y, al perder el control, Hansen cayó violentamente al suelo. Fue en ese momento cuando comprendió la gravedad de la situación: no sentía las piernas.

Tras el accidente, fue trasladada de urgencia a una clínica privada, donde los exámenes confirmaron una fractura de columna con compromiso neurológico. “Me hicieron una resonancia y el doctor me dice: ‘Tiene fractura de columna con compromiso neurológico. Hay que operar inmediatamente’”, recordó. La incertidumbre fue total. Al preguntar si quedaría parapléjica, la respuesta médica fue cruda: era una posibilidad real, aunque el diagnóstico definitivo solo podría determinarse tras la cirugía.

Según relató, la intervención resultó exitosa en términos de movilidad, pero los desafíos no terminaron ahí. Luego de la operación, el médico le entregó una noticia alentadora y otra devastadora. “Vas a poder caminar, pero dado el daño neurológico, es muy probable que no recuperes el control de esfínter y que no tengas sensibilidad de la cintura a las rodillas”, le señaló.


Hansen explicó que esa advertencia marcó profundamente su proceso de recuperación. Más allá de volver a caminar, la posibilidad de no recuperar funciones básicas se transformó en uno de los mayores temores. Sin embargo, decidió aferrarse a la esperanza y a la rehabilitación. Con el paso del tiempo, y tras una larga estadía clínica, ocurrió lo inesperado: volvió a sentir la necesidad de ir al baño.

“Después de un tiempo, harto tiempo después, sentí ganas de hacer pipí y como que le digo a mi mamá, de verdad que sí, llamaron al doctor, me llevaron al baño y la enfermera”, contó.

“Lloré de alegría”, relató, recordando cómo salió del baño celebrando un gesto cotidiano que había estado en duda. Hoy, su testimonio no solo da cuenta de un accidente grave, sino también de un proceso de resiliencia, paciencia y reconstrucción personal, que transformó para siempre su historia de vida.

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