La bancada del Partido Nacional Libertario informó que presentará un proyecto de ley que propone que la licencia de conducir no deba renovarse hasta los 65 años de edad. La iniciativa fue anunciada por el presidente y diputado de la colectividad, Johannes Kaiser, quien explicó que el objetivo es eliminar el trámite periódico de renovación.
Según lo señalado, el proyecto contempla que, en caso de que una persona sea diagnosticada como no apta física o mentalmente para conducir, dicha condición sea informada a la autoridad correspondiente. De este modo, la propuesta incorpora un mecanismo de reporte ante eventuales inhabilidades sobrevinientes.
Desde el partido también se indicó que la medida permitiría reducir la carga administrativa que enfrentan los departamentos de tránsito de las municipalidades, los que actualmente concentran un alto volumen de solicitudes de renovación de licencias.
Capacidad de conducción y factores de riesgo
El debate generado por la iniciativa fue abordado en el programa Podría Ser Peor, donde se analizó el impacto que podría tener la eliminación de controles periódicos. En ese contexto, Franco Basso, director del laboratorio de sistemas de transporte inteligente, advirtió que la degradación de la capacidad de conducción no está determinada únicamente por la edad.
El académico explicó que enfermedades, situaciones de vida y cambios tecnológicos pueden afectar el desempeño de cualquier conductor a lo largo del tiempo. En ese marco, agregó que cerca del 80% de los siniestros viales ocurren por causas humanas, lo que sitúa el factor conductual y cognitivo como un elemento central en la seguridad del tránsito.
Basso sostuvo que, frente a entornos viales cada vez más complejos, resulta prioritario mantener controles periódicos que permitan verificar capacidades médicas, cognitivas y de conducción.
Gestión municipal y alternativas al sistema actual
El especialista coincidió en que existe un problema de gestión en las municipalidades, reflejado en el colapso de los procesos de renovación de licencias. No obstante, planteó que la solución no pasa por eliminar las evaluaciones obligatorias.
Entre las alternativas, señaló que podría ampliarse el plazo entre controles, siempre que estos sean más exhaustivos. Esto incluiría una mayor cantidad de exámenes médicos y pruebas prácticas de conducción en la vía pública.
Asimismo, cuestionó la baja exigencia en el proceso de obtención inicial de licencias en Chile y la falta de uniformidad en los criterios aplicados por los distintos municipios. De acuerdo con lo planteado, fortalecer ese primer filtro y mejorar los controles periódicos permitiría avanzar hacia un sistema de licencias con mayor coherencia y foco en la seguridad vial.