Social

“Soy feliz ahí”: la historia del cirujano que se volvió viral al atender los fines de semanas un puesto de venta de cabritas

Los fines de semana pasa del quirófano a su otra pasión, la que aprendió a los 6 años cuando vendía cabritas junto a sus padres

Julio César Adad (Instagram)

La historia del cirujano traumatológico Julio César Adad se volvió viral. En ese sentido, en la semana pasa entre seis a siete veces al interior de un quirófano, mientras que los fines de semana se dedica a su otra pasión: atender un puesto de venta de cabritas.

PUBLICIDAD

Según consigna Rosario 3, los sábados y domingo se levanta a las 07:00 horas a preparar el popcorn y las manzanas confitadas que vende en el carrito de Pochoclos Adad en la Costanera Central de la mencionada ciudad en Argentina.

Desde 2009 que va a dicho lugar, siempre acompañado de su esposa Débora, la cual también es médica. También van sus dos hijos.

Cuando él tenía 6 años, acompañaba a sus padres a vender turrones y maní con chocolate, además de las mencionadas cabritas.

Cuando su progenitor falleció a los 46 años, Adad se puso al frente del negocio familiar, cuando él tenía 19. “Cuando murió mi papá mis hermanas tenían 5, 11 y 16 años, y yo 19. A los 18 mi papá ya me había puesto mi propio carrito y al mismo tiempo yo jugaba al fútbol en Argentino de Rosario, incluso me había ido a probar a otros clubes y tuve un paso por Brasil. Pero de repente tuve que ayudar a mi familia a afrontar el negocio. Vi que lo del fútbol se hacía muy cuesta arriba y decidí que tenía que estudiar. Rendí el examen de ingreso a Medicina y entré. Cursaba toda la mañana y después me iba al carrito. El sábado me lo dejaba libre para jugar al futbol porque seguía en un club”, expresó.

Julio se tituló con éxito de la universidad y cuando le tocó hacer la residencia entre 2010 y 2011, debió dejar de lado ir a atender el carrito.

“Si era un día soleado y yo estaba de guardia me agarraba una cosa en el estómago que sentía que me faltaba algo”, señaló el cirujano, quien en 2012 pudo volver a lo que considera su otra pasión.

PUBLICIDAD

“Me crié al lado de un carrito y lo sigo haciendo. Ha venido gente que atiendo con gorrito y barbijo, pero me ve cara conocida, entonces le pregunto ¿cómo anda la cadera? Y no pueden creer que sea yo”, señaló el médico, quien además hace clases en una universidad y le ha tocado atender a sus propios alumnos.

“El carrito es mi vida. No puedo no ir un domingo. Lo tengo internalizado, mi mujer lo entendió y me banca. Es una cuestión mía de no perder la identidad. No quiero perderlo y no lo voy a perder nunca”, manifestó.

En ese sentido, afirmó que “cuando estoy ahí soy feliz, también cuando estoy en un quirófano. Ni pienso en lo que me están pagando. Mucha gente se sorprende de cómo un cirujano está vendiendo pochoclo, y la realidad es que con lo que se gana hoy como médico no alcanza. Estamos en una sociedad que no valora los esfuerzos y donde prima la cultura de la inmediatez, todo hay que tenerlo ahora y sin sacrificio”.

“Yo trato de inculcarles a mis alumnos que eso no es así, que no saben lo privilegiados que son de poder estar sentados en una universidad pública estudiando. Yo lo fui”, remató Adad.

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último