Las gemelas idénticas Kayla y Kellie Bingham tenían un gran sueño: convertirse en médicos. Pero, luego de ser acusadas de hacer trampa, todo terminó en una pesadilla. Eso, hasta que lograron que la universidad que las acusó fuera obligada por la justicia a pagar 1,5 millones de dólares.
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Según reportan varios medios internacionales, todo comenzó en 2016. Dos semanas tras dar un importante examen Kayla y Kellie fueron llamadas por las autoridades académicas. ¿La razón? Debido a que sus pruebas tenían similitudes inusuales -en 296 de 307 preguntas, habían escrito las mismas respuestas y en 54 casos anotaron las mismas respuestas incorrectas- se les acusó de deshonestidad académica.
Si bien las hermanas se habían sentado en la misma mesa, aseguraron que estaban separadas por entre un metro y veinte centímetros, y un metro y medio de distancia. Además, alegaron, era imposible que se vieran la una a la otra, pues los monitores las tapaban.
Las gemelas idénticas fueron investigadas y el consejo de honor universitario dictaminó que habían colaborado en sus exámenes. Kayla y Kellie Bingham apelaron y consiguieron que se anulara la decisión. Aún así, demandaron a la universidad porque las había difamado y las acusaciones descarrilaron sus sueños de convertirse en doctoras.
Ganaron el juicio y 1,5 millones de dólares por daños, porque la universidad debería haber sabido que los gemelos idénticos suelen desempeñarse de manera similar en las pruebas. Como parte del proceso, un profesor de psicología testificó que las puntuaciones similares de Kayla y Kellie podrían explicarse por sus perfiles genéticos.
En cuanto a sus vidas profesionales, si bien dejaron de lado a medicina, hoy son abogadas y trabajan en el mismo bufete.