Las muñecas Barbie continúan siendo uno de los juguetes más populares en todo el mundo. Hay versiones por doquier, con las más variadas profesiones, y pese a las críticas recientes de machismo y sexismo a la figura para niños, la muñeca sigue vigente desde su primer modelo, aparecido en 1959. Incluso ahora se anuncia en la pantalla grande, con la interpretación de Margot Robbie. Pero poco conocido es su oscuro origen, según consigna La Tercera.
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Si bien se le conoce como un juguete infantil e inocente, la muñeca fue inspirada a partir de otra de características muy distintas: Bild Lilli, un juguete sexual creado por hombres y para hombres.
Ruth Handler, la cofundadora de Mattel, y su hija adolescente, de vacaciones en Suiza en 1956, pasaban por fuera de una tienda, pero algo les llamó poderosamente la atención. Paralizadas ante la vitrina, vieron a una muñeca de casi 30 centímetros, de labios fruncidos, con el pelo tomado en una cola de caballo y sentada en un columpio.
Su sorpresa fue mayor cuando se enteraron de que era un juguete sexual muy popular en Europa, que hasta se regalaba como “broma” a los hombres. Handler compró la muñeca a su hija y se la llevó a casa en Estados Unidos. Independiente de los motivos que le dio a la adolescente en el momento, la intención era crear su propia versión americana.
El nombre del juguete sexual era Bild Lilli, tomada a su vez de una caricatura que nació en un cómic de la posguerra, en un diario alemán de no muy alta reputación. “Ella era una caricatura pornográfica”, señala M.G. Lord, autora de una biografía no autorizada de la muñeca, a The Washington Post.
La función de la muñeca que inspiró a Barbie
Al momento de ser popularizada en forma de muñeca, Lilli era objeto de hombres, que la colgaban en el espejo retrovisor de los vehículos, la llevaban a bares, levantaban su falda o bajaban sus pantalones, haciendo lo que en ese entonces era considerado “humor”.
La muñeca era “una cazafortunas, exhibicionista y prostituta”, explica Lord. Se sobreentendía que era dueña de “moral relajada”, un cerebro pequeño y el cuerpo de una chica de calendario, que vestía escasa poca ropa.
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En esos años, todos lo juguetes personificaban figuras de niños o niñas. “Todos estaban horrorizados por la idea de querer hacer una muñeca con senos”, reveló Handler al historiador en su libro.
Mattel transformó el modelo original y tres años más tarde dio a conocer Barbie: una muñeca distinta, adulta pero para niños. Para que pudiera ser comercializada, los diseñadores de la compañía estadounidense relajaron los labios de Bild Lilli, suavizaron sus cejas, mejoraron el plástico y blanquearon su piel.
Evidentemente, la trasnformación más signficativa fue la de la personalidad, muy alejada de la imagen de prostituta. Pero Mattel, para crear Barbie, compró las patentes y derechos de autor del juguete sexual europeo.