El reconocido cantante del género urbano chileno Jordan Carrasco, más conocido como El Jordan 23, está en medio de una encrucijada, puesto que la empresa norteamericana Nike alertó al artista por su seudónimo, algo que lo podría obligar a cambiar su mote artístico.
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Para mala fortuna de El Jordan 23, a pesar de la fama mundial que ha obtenido el dueño de éxitos como Ando, Anti Rana, Bailando, Si Sako La 40, Cabaña, entre otros, aún no ha logrado registrar su sobrenombre musical ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), y ahora se le complica aún más el panorama.
Tal como lo señaló información de Las Últimas Noticias (LUN), en 2023 el artista presentó una solicitud de inscripción de marca, de manera de poder acreditarse para la clase 41, la cual permite proteger “actuaciones musicales en vivo; conciertos de música; presentación de conciertos musicales; presentación de conciertos de música”.
Precisamente, esta petición de Jordan Carrasco llegó hasta Estados Unidos, donde desde la compañía de ropa deportiva cuestionaron la solicitud del joven músico de 24 años en noviembre pasado, argumentando que el nombre artístico está estrechamente relacionado a la marca, debido a que transgrede la línea de zapatillas de Jordan que incluyen un modelo ‘23’ y por el vínculo de Nike con la leyenda de baloncesto Michael Jordan, quien usaba ese número de camiseta.
Frente a esta situación, el representante legal de Nike en este caso, Flavio Belair, sostuvo que “nuestra postura respecto de la convivencia de la marca para categorías distintas es que al ser Jordan una marca de notoriedad mundial, trasciende al principio de especialidad de las marcas, y con ello, abre la posibilidad de error o confusión por parte del público consumidor (...) En este caso, el público puede relacionar el nombre del cantante urbano con Jordan de Nike”.
“Procesalmente en rebeldía”: así fue declarado El Jordan 23, puesto que no respondió a la demanda de la empresa en el plazo legal. Por consecuencia, si Inapi le da la razón a la marca, Carrasco no podrá seguir utilizando este seudónimo “para los servicios musicales de la clase 41 que solicitó”, como lo detalló Belair.