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Nidyan Fabregat narró el abuso que vivió por parte de su expareja: “Me daban un pan y un té al día”

La exparticipante de realities reveló haber sido víctima de violencia familiar cuando estaba embarazada y contó cómo logró salir.

Nidyan Fabregat narró el abuso que vivió por parte de su expareja: "Me daban un pan y un té al día"
Nidyan Fabregat narró el abuso que vivió por parte de su expareja: "Me daban un pan y un té al día"

En una impactante entrevista emitida por el programa Primer Plano de Chilevisión, Nidyan Fabregat, la modelo española radicada en Chile reveló los difíciles momentos que vivió al ser víctima de violencia intrafamiliar. Durante la conversación, confesó haber sufrido maltrato tanto por parte del padre de su hija como de la madre de este.

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Fabregat relató cómo, tras alejarse de Santiago debido a problemas personales, quedó embarazada de gemelas. Sin embargo, lamentablemente perdió a una de ellas durante la gestación. En ese contexto, decidió darle una oportunidad al padre de la bebé para criar juntos a la pequeña, pero lo que parecía un intento por formar una familia terminó convirtiéndose en una pesadilla.

“Llego a su casa en la que vivía con su padre y era un chiquero. Además, el abuelo llegaba gritando, con hueones, con hueonas. Me robaron un computador, otros teléfonos”, contó conmovida la modelo.

Su situación económica también se vio gravemente afectada: “Yo no comía nada, porque no tenía, me gastaron todos mis ahorros, él me sacó toda la plata. El sueño de mi vida era ser mamá, pero lamentablemente la tuve en circunstancias en las que no podía darle de todo”.

Fabregat relató que posteriormente se fue a vivir con la madre de su expareja, pero las condiciones no mejoraron. “Me daban un pan y un té al día”, denunció, evidenciando el nivel de precariedad al que fue sometida. Además, agregó que le quitaban el celular y la amenazaban si intentaba salir: “Si yo trataba de salir, decían que me iban a quitar a mi hija. Tenía miedo porque estaba sola, ¿qué hacía? Más encima, en un lugar tan lejos, que no llegaban taxis ni nada”.

La violencia no fue solo psicológica, también fue física. “Yo tuve una infancia muy difícil, pero esto me superó. Fue mucho más fuerte, no sé por qué el maltrato, las amenazas... Yo no entendía por qué”, confesó entre lágrimas.

Finalmente, logró escapar cuando encontró una red wifi y contactó a su hermana. Gracias a ese mensaje, sus amigos más cercanos viajaron hasta Linares y la llevaron de regreso a Santiago, donde hoy, afirma, comienza a reconstruir su vida junto a su hija.

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