Una disputa por la memoria y la identidad territorial ha vuelto a encender el debate en San Miguel, luego de que la alcaldesa Carol Bown (UDI) anunciara su intención de revertir el nombre de la Avenida Salvador Allende y restituir su denominación original: Avenida Salesianos. La medida, que será presentada formalmente ante el Concejo Municipal el próximo 5 de agosto, ha generado posturas encontradas entre autoridades locales, vecinos y figuras del Congreso, reabriendo un conflicto que cruza lo simbólico, lo político y lo comunitario.
PUBLICIDAD
La propuesta será presentada el próximo 5 de agosto ante el Concejo Municipal, tras la realización de una consulta ciudadana que recogió la opinión de los vecinos respecto a esta modificación. Según Bown, la medida responde a un sentir generalizado entre los residentes del sector, quienes –asegura– le manifestaron su descontento desde el periodo de campaña.
“La gente me empezó a decir, ‘¿por qué no devuelven el nombre a Salesianos?’ Como una demanda no de carácter político, sino que una demanda de identidad barrial, de memoria local. Las declaraciones de todas las personas que me pararon en la calle, eran: ‘siempre esta calle ha sido Salesianos’”, afirmó la alcaldesa a La Tercera.
Cabe recordar que en septiembre de 2023, en el contexto de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, la administración anterior –liderada por la exalcaldesa Erika Martínez (FA)– impulsó el cambio de nombre de la avenida como un gesto de reparación y memoria. La propuesta fue elaborada por el Consejo de la Sociedad Civil (COSOC) y aprobada por el Concejo Municipal.
Al respecto, Martínez señaló en ese entonces que la decisión respondía a una solicitud de vecinos y se justificaba por razones de coherencia territorial. “Con este hito, nuestra comuna realiza un acto de justicia con la memoria del expresidente Salvador Allende y de todas las víctimas de la dictadura cívico-militar”, publicó en su cuenta de X.
La actual edil, en tanto, justificó su intención de revertir el cambio argumentando que muchos habitantes de la comuna consideraron la modificación anterior como una acción impuesta. “Muchos vecinos se sintieron pasados a llevar”, aseguró Bown, quien insistió en que “la demanda es de identidad local, no político. Incluso, había gente que me decía que no votaba por la derecha, que era de izquierda, pero que respecto de la calle, siempre se había llamado Salesianos”.
Sin embargo, la iniciativa ha generado duros cuestionamientos desde sectores del Frente Amplio y el Partido Comunista, quienes ven en la propuesta una intención ideológica por parte de la actual administración.
PUBLICIDAD
“La izquierda está tratando de convertir en un hecho político nacional, algo que tiene que ver solo con identidad y memoria local”, respondió Bown ante las críticas. Asimismo, apuntó a la gestión anterior, acusándola de haber tomado “una acción política” al renombrar la avenida sin una consulta más amplia.
En rechazo a la medida, la diputada del distrito, Gael Yeomans (FA), inició una recolección de firmas para detener el cambio. “Me llamó la atención que nuevamente la alcaldesa Bown esté destinando tiempo y recursos de la comuna para este debate”, señaló. Agregó además que su objetivo con la campaña es “transparentar la situación a los vecinos y vecinas del lugar”, y advirtió: “Me parece que es más que una polémica artificial que está tratando de instalar la UDI”, según consignó BioBioChile.
Yeomans también criticó el impacto de una posible modificación parcial del nombre. “La avenida Salvador Allende lleva ese nombre tanto en la comuna de Pedro Aguirre Cerda como en San Joaquín, no tiene sentido que porque la alcaldesa quiera darse un gustito se le cambie el nombre solo en el tramo de San Miguel”, declaró.
A estas críticas se sumó la concejala Carla Santana (PC), quien expresó que “a 52 años del golpe cívico militar, cambiar el nombre de la avenida Salvador Allende por Salesianos, no es solo renombrar una calle, es seguir negando la historia”.
Por su parte, la concejala Viviana Llambias (FA) también manifestó su oposición a la propuesta, apuntando que la alcaldesa Bown “llegó con un discurso refundacional” porque “no conoce la realidad ni la historia de las comunas del sector sur de Santiago”.
La votación final sobre el cambio de nombre está prevista para realizarse en las próximas semanas, mientras las posturas a favor y en contra continúan dividiendo tanto al Concejo Municipal como a la comunidad sanmiguelina.