En Chile, de un millón de niños en edad preescolar, solo 320 mil acceden a educación temprana. Esto significa que el 68 % queda fuera del sistema en la etapa más decisiva para su desarrollo, una cifra que no solo alarma, sino que plantea una pregunta urgente y que se relaciona con ¿por qué la primera infancia no ha sido prioridad para ningún gobierno?
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Los países OCDE, actualmente alcanzan una cobertura del 55% en educación preescolar, mientras que Chile se queda estancado en el 32%, muy por debajo del promedio. Estas serán algunas de las cifras que se abordan en “Mil Días”, un nuevo podcast que se estrena esta semana y que busca poner en el centro del debate público la importancia de la educación en la primera infancia.
Fundación Choshuenco, Fundación Liguria y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, se encuentran trabajando justamente para instalar estos temas en el debate nacional.
“Un país que aspira al desarrollo no puede seguir dando la espalda a la primera infancia. Ocuparse de la educación temprana de calidad no es solo un acto de justicia social, es una decisión estratégica. Sin embargo, en Chile seguimos perdiendo talento, oportunidades y futuro”, afirma José Manuel Jaramillo, Director Ejecutivo de Fundación Educacional Choshuenco.
Los datos lo confirman:
- Un niño que asiste a educación inicial de calidad tiene 25 % más probabilidades de terminar la educación secundaria.
- Cada dólar invertido en esta etapa puede retornar hasta 7 veces en beneficios sociales y económicos, según el Nobel James Heckman.
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- La educación inicial es capaz de reducir brechas sociales, mejorar la empleabilidad futura y romper círculos de pobreza intergeneracional.
Y es que los beneficios de fortalecer esta etapa no se limitan a lo estrictamente académico. La evidencia indica que una mayor cobertura en educación inicial reduce tasas de criminalidad y aumenta la participación laboral, entre otras cosas, y aun así ningún gobierno en los últimos años ha situado esta urgencia como prioridad de Estado.
“Necesitamos abrir el debate sobre cómo aumentar la cobertura, mejorar la calidad de la oferta pública y acercar estos recursos a las familias más vulnerables, evitando que la desigualdad de origen se traduzca en pobreza infantil” finalizó Jaramillo.