El matrimonio de Daniel McCormack, de 28 años, y Carmen Andrade, una de las gemelas siamesas nacidas en México, se convirtió en noticia internacional tras su celebración en octubre de 2024 en el Lover’s Leap Bridge de New Milford, Connecticut. La unión, lejos de pasar desapercibida, abrió un intenso debate en redes sociales, donde abundan comentarios sobre la vida privada de la pareja.
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Una relación bajo la lupa pública
Daniel y Carmen se conocieron en 2020 a través de una aplicación de citas. Desde el inicio tuvieron que enfrentar mitos, prejuicios y preguntas invasivas. En entrevistas con People, McCormack fue tajante: “La gente está obsesionada con el sexo, pero francamente, no es asunto de nadie”.
Incluso Lupita, hermana de Carmen, recibe con frecuencia consultas indiscretas sobre si podría enamorarse de él. Su respuesta es firme: “Lo quiero como a un hermano. Eso es todo”.
Otro de los juicios recurrentes apunta a un supuesto interés económico. Ambos lo desmienten. “No tengo dinero”, bromea Carmen, quien aclara que, aunque tienen un canal de YouTube con más de 256.000 suscriptores y cuentas activas en Instagram, los ingresos apenas alcanzan para complementar sus salarios: “Seguimos trabajando 50 horas a la semana para llegar a fin de mes”.
La dinámica en casa y el apoyo de Lupita
La convivencia de Daniel con las hermanas Andrade exige diálogo constante y respeto a los límites de cada una. “Si no se siente cómoda con algo, simplemente lo respetamos”, afirma Carmen.
Lupita, por su parte, se muestra práctica: “Tengo mis auriculares y mi teléfono. No me importa”. De hecho, fue ella quien animó a su hermana a iniciar la relación al percibir que Daniel era una buena persona: “Le dije que eligiera a ese chico porque parecía inofensivo”.
El humor y el amor por los animales fueron claves en la conexión inicial. Aunque Lupita recuerda que la primera cita fue “aburrida y larga”, el vínculo se consolidó y hoy suma casi cinco años.
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La vida de las gemelas Andrade
Carmen y Lupita Andrade, de 25 años, comparten parte del sistema circulatorio, costillas y órganos reproductivos, aunque cada una tiene su propio corazón, pulmones y estómago. Los médicos advirtieron a su familia que una separación quirúrgica pondría en riesgo sus vidas, por lo que decidieron permanecer unidas.
Su trayectoria escolar también estuvo marcada por la exposición pública: cuando ingresaron a secundaria, los profesores presentaron un video explicativo a sus compañeros antes de su llegada. Con el tiempo, lograron integrarse y hacer amistades.
Hoy, pese a la notoriedad digital, mantienen una vida laboral intensa de más de 50 horas semanales y enfrentan retos médicos como la endometriosis, que complica la búsqueda de especialistas dispuestos a intervenirlas por los riesgos de anestesia.
Aun así, las gemelas cultivan una vida activa y creativa. Participarán en la producción teatral “Night in the Park”, con estreno programado para el 19 de septiembre junto a Paulette Jones. “Fue una experiencia muy divertida y estamos deseando que todos la vean”, dijo Carmen.
Un mensaje de respeto y aceptación
Más allá de la curiosidad mediática, las hermanas Andrade subrayan que su historia busca transmitir un mensaje claro: la diferencia no debe ser motivo de miedo ni rechazo.
“No hay que tener miedo ni enfadarse por las diferencias”, enfatiza Carmen. Lupita complementa: “Solo hay que aceptar y seguir adelante”.
Ambas rechazan la idea de que las personas con discapacidad existen para saciar la curiosidad de otros. Su mensaje es contundente: el respeto y la individualidad son la base de cualquier convivencia.