La inteligencia artificial dejó de ser una promesa para transformarse en una herramienta concreta de eficiencia empresarial. Sin embargo, pocas compañías la están aprovechando con una estrategia clara.
Así lo demuestra la Encuesta IA Defontana 2025, aplicada a más de mil compañías de Chile y Latinoamérica, que revela que el 45% ya utiliza herramientas de IA, pero solo el 23% se considera plenamente preparada para integrarlas de forma sostenible.
El estudio, realizado entre agosto y septiembre de este año, abarcó empresas de distintos tamaños y sectores productivos, y deja en evidencia un fenómeno transversal: la adopción tecnológica crece con fuerza, pero la madurez digital aún no acompaña el ritmo, es decir, la mayoría de los equipos sigue aprendiendo sobre la marcha.
“La adopción crece, pero la madurez no. Muchas compañías están probando IA sin un plan ni métricas de éxito. La oportunidad está en pasar de los pilotos a la integración estratégica, y ese es el salto que hoy deben dar las organizaciones”, afirmó Diego González, CEO de Defontana.
Los datos respaldan esta afirmación: ocho de cada diez empresas aseguran que las herramientas digitales han mejorado su eficiencia, especialmente en tareas de análisis de datos (61%), automatización de procesos repetitivos (61%), marketing de contenidos (43%) y soporte a clientes (35%). La inteligencia artificial, entonces, ya está cumpliendo su promesa de optimización, pero aún falta estrategia para aprovechar todo su potencial.
La situación en Chile
En Chile, la fotografía es especialmente reveladora. Aunque el país exhibe un alto nivel de familiaridad tecnológica —el 47% de los encuestados declara dominar sistemas de gestión como los ERP—, solo el 40% ha implementado efectivamente soluciones de IA, pese a que el 80% reconoce importantes mejoras en eficiencia. Esto muestra una brecha entre la capacidad instalada y la acción, que refleja una oportunidad concreta para acelerar la transformación digital empresarial.
“Chile sabe usar sistemas, pero aún no acelera la IA. La infraestructura está, lo que falta es un cambio cultural y de casos de uso que permitan ver resultados rápidos y tangibles”, sostiene el CEO de Defontana, empresa tecnológica líder en soluciones digitales.
El estudio también revela que el entusiasmo por la IA supera el temor: la curiosidad (63%) y el entusiasmo (51%) lideran las emociones frente a la inteligencia artificial, mientras que la cautela (25%) y la incertidumbre (20%) ocupan lugares secundarios. Sin embargo, la gran deuda sigue siendo la formación: solo el 21% de las empresas ofrece capacitación formal sobre nuevas tecnologías, lo que limita la capacidad de escalar iniciativas.
Para Diego González, esta carencia formativa es el nuevo punto crítico de la revolución digital: “La IA no reemplaza a las personas, las potencia. Pero para que eso ocurra, se necesita invertir en aprendizaje, certificación y casos de uso concretos. Las empresas ya tienen la base tecnológica, lo que falta es activar el músculo digital”.
Defontana, que cuenta con más de 25 años impulsando la digitalización de más de 20 mil empresas en Latinoamérica, ha identificado tres ámbitos donde la IA puede generar mejoras inmediatas: finanzas, recursos humanos y logística, mediante procesos como el cierre automático de mes, conciliaciones contables inteligentes y flujos de aprobación automatizados.
En definitiva, la encuesta refleja que las empresas de la región han dejado atrás el escepticismo frente a la IA. El desafío ahora es convertir la adopción en estrategia, la curiosidad en capacitación y la tecnología en resultados. “El futuro no es la inteligencia artificial; es la eficiencia con propósito”, concluyó González.

