Cada diciembre, mientras en gran parte del mundo esperan a Santa Claus o Papá Noel, en Chile los niños con ilusión quieren la llegada del Viejito Pascuero. Aunque se trata del mismo personaje de barba blanca, traje rojo y espíritu generoso, su nombre en el país tiene un origen particular que mezcla historia religiosa, herencia cultural y adaptación local.
El término “Pascuero” proviene directamente de la palabra Pascua, utilizada en Chile y otros países de tradición católica para referirse a la Pascua de Navidad, es decir, el nacimiento de Jesús.
Viejito Pascuero en Chile
Durante décadas —especialmente hasta mediados del siglo XX— la Navidad era conocida simplemente como la Pascua, lo que dio paso a expresiones como árbol de Pascua, pan de Pascua y, por supuesto, Viejito Pascuero.
A diferencia de “Santa Claus”, nombre de raíz anglosajona, o “Papá Noel”, más extendido en Europa, en Chile se optó por una denominación más cercana y familiar, que remite a un personaje bondadoso, sencillo y afectuoso.
El uso del diminutivo “viejito” no es casual: en la cultura chilena suele asociarse al cariño, respeto y cercanía, reforzando la idea de un visitante amable que llega a los hogares a dejar regalos.
Historiadores y expertos en cultura coinciden en que la consolidación del término ocurrió durante el siglo XX, cuando los medios de comunicación, la publicidad y el comercio comenzaron a popularizar la imagen moderna del personaje —inspirada en gran parte por campañas internacionales—, pero manteniendo el nombre tradicional ya instalado en el imaginario local.
Según explica el historiador Cristián Salazar, el nombre “Viejito Pascuero” surgió como un apodo espontáneo que las personas comenzaron a darle a esta figura, en el contexto donde además la Navidad era conocida en Chile como la Pascua.