La firma escandinava consideró para este modelo la utilización de materiales reciclados para todos sus componentes, transformándolo en un nuevo hito para la compañía en su trabajo por convertirse en una marca carbono neutral en 2040.
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Volvo Cars, en línea con su Nueva Era, está preparando la llegada del nuevo SUV compacto 100% eléctrico, EX30, diseñado para ser seguro y registrar la huella de CO₂ más baja, en comparación con cualquier otro automóvil fabricado por la compañía en su historia.
“El nuevo Volvo EX30 es un gran paso en la dirección correcta para cumplir nuestras metas en materia de sostenibilidad”, aseguró Anders Kärrberg, director global de sostenibilidad de Volvo Cars. “Para 2025, nuestra ambición es reducir las emisiones totales de CO₂ por automóvil en un 40%, en comparación con los niveles que teníamos en 2018, a través de una reducción de 50% en las emisiones totales de escape y del 25% en las emisiones de nuestras operaciones, abastecimiento de materias primas y cadena de suministro, con el fin de convertirnos en una empresa climáticamente neutra en 2040″.
Este nuevo modelo, al equipar una propulsión 100% eléctrica, no tiene emisiones de escape, lo que contribuye a una menor huella de CO₂ y, además, influye en la calidad del aire de manera significativa.
Según la última investigación de la Universidad del Sur de California, el leve aumento del parque automotriz cero emisiones en un área geográfica acotada, permite registrar un efecto positivo directo en la disminución de consultas hospitalarias de emergencia producidas por el asma. Esto se logra gracias al bajo nivel de contaminación presente en el ambiente.
Volvo Cars estudió las emisiones a lo largo de la producción y el ciclo de vida del EX30, registrando una reducción de su huella de carbono menor a 30 toneladas en sus más de 200 mil kilómetros de vida útil, según el uso de electricidad de carga por parte de la Unión Europea. Esto significa una baja del 25% en comparación con los modelos Pure Electric, C40 y XC40 Recharge. Proceso que se alinea con el objetivo de la compañía de reducir las emisiones de CO₂ por automóvil entre 2018 y 2025 en un 40%.
Para lograr una reducción de la huella de carbono a nivel general en un automóvil, la electrificación no es suficiente, puesto que el vehículo no solo se conduce, sino que también se diseña, desarrolla, construye y transporta. Transformándose en una nueva oportunidad de mejora para Volvo Cars en este aspecto.
Materiales reciclados en todas partes
Volvo Cars continúa estudiando el proceso de reducción de huella de carbono en sus modelos y para ello, la marca analizó algunos hallazgos para lograr que el índice alcance el 75% en su line-up actual, en base a los registros del nuevo EX30. El primero de ellos, determinó que, al fabricar un automóvil más compacto, se requiere una menor cantidad de materiales de producción, dado que el aluminio y el acero son dos de los mayores contribuyentes a las emisiones de CO2.
Otro de los hallazgos de la marca detalla que, utilizando menor cantidad de acero y aluminio al construir un automóvil más compacto, otros materiales pueden reciclarse. De esta forma, un cuarto de todo el aluminio utilizado en la construcción del automóvil se recicla, al igual que aproximadamente el 17% de todo el acero utilizado en la producción de este SUV compacto, lo que reduce aún más el impacto ambiental de estos materiales.
Pero, el enfoque continúa en el interior del automóvil, porque el componente más sostenible es aquel que no existe. Al utilizar la optimización como principio rector del diseño sostenible, el equipo de diseñadores de Volvo Cars ha podido combinar múltiples funciones dentro del Volvo EX30 en un solo componente, disminuyendo el número de piezas necesarias en el interior sin comprometer la funcionalidad.
Considerando estos aspectos, alrededor del 17% de los plásticos de los automóviles de la compañía se reciclan. Este porcentaje es el más alto utilizado en la fabricación de un vehículo Volvo hasta la fecha.
Un nuevo paso hacia la neutralidad climática
El Volvo EX30 se construirá en una fábrica alimentada por altos niveles de energía climáticamente neutra, incluida la electricidad, permitiendo abordar una nueva área crucial para reducir las emisiones es la cadena de producción y abastecimiento, a través de la distribución de energía limpia.
En cuanto a la cadena de suministro, la marca está trabajando con proveedores directos para la producción del EX30, donde el 95% de ellos se han comprometido a usar energía 100% renovable en su elaboración en 2025, aunque existen algunos que ya han alcanzado este objetivo. Esto refleja la ambición de la compañía de reducir las emisiones en sus operaciones y también de alentar a sus socios a hacerlo.
El proceso de producción del Volvo EX30 también se ha simplificado de varias maneras. Esto significa que el automóvil representa una de las tasas más altas de utilización de material en piezas de carrocería estampadas durante la fabricación. Y a medida que la compañía continúa enfrentando el desafío de la trazabilidad del material, especialmente al producir las baterías para el Volvo EX30, la marca cuenta con la tecnología Blockchain para ayudar a rastrear materias primas críticas que ahora incluyen litio, manganeso, cobalto, grafito y níquel.
Materiales más inteligentes y sostenibles
En el interior del EX30 se utilizaron una amplia gama de materiales reciclados y renovables para asientos, tablero y puertas, incluidos materiales como jeans, lino y una mezcla de lana que también contiene aproximadamente 70% de poliéster reciclado.
Para crear la decoración interior con tela de jeans, Volvo Cars utilizó fibras que, de otro modo, se considerarían residuos del proceso de reciclado de estas prendas. Cuando se reciclan los jeans, las fibras trituradas forman un hilo, entrelazándose las más largas, mientras que, las más cortas suelen desecharse. Pero para evitar este desperdicio, la compañía la rescató y la utilizó en su diseño interior.
Todo esto suma un automóvil, con el llamado cradle-to-gate, estimado en 18 toneladas. Cradle-to-gate describe el impacto del CO₂ desde la extracción de materias primas hasta el automóvil terminado que llega al concesionario, por lo tanto, antes de que sea conducido.
Al final de su vida útil, el EX30 está diseñado para ser recuperado en un 95%, reciclando materiales y recuperando su energía.
En resumen, el Volvo EX30 ofrece al cliente más posibilidades de reducir el tamaño y su impacto personal de CO₂, sin tener que comprometer la seguridad o la comodidad de conducción. Esto es bueno para el conductor y menos perjudicial para el medio ambiente.