Hace años eran símbolo de estatus dentro de la industria automotriz, ya que si una marca quería verse reconocida, debía asistir a las citas más importantes. Hoy la historia es diferente, con mayor cautela a la hora de elegir en qué ocasiones desplegar todos los recursos que involucra un stand.
Los salones del automóvil han sido durante mucho tiempo vitrinas destacadas para la industria automotriz, proporcionando un espacio donde fabricantes pueden presentar sus últimas creaciones y tecnologías a un público que se dirige específicamente a presenciar duchas novedades. El origen de estos eventos se remonta al final del siglo XIX, cuando los fabricantes de automóviles empezaron a reconocer la importancia de mostrar sus productos en un entorno especializado. El Salón del Automóvil de París, celebrado por primera vez en 1898, se considera uno de los pioneros en este tipo de exposiciones.
Estos eventos alcanzaron su apogeo en el siglo XX, convirtiéndose en plataformas clave para presentar innovaciones en diseño, rendimiento y tecnología. Los salones del automóvil proporcionaron un escaparate físico donde los consumidores podían admirar de cerca los últimos modelos, interactuar con expertos de la industria y experimentar las novedades de primera mano.
Sin embargo, a medida que nos adentramos en el siglo XXI, los salones del automóvil comenzaron a enfrentarse a desafíos significativos y su relevancia se vio amenazada por varios factores, siendo la tecnología digital uno de los más influyentes. Con el auge de internet y las redes sociales, los fabricantes de automóviles encontraron nuevas formas de llegar a su audiencia directamente, eliminando la necesidad de depender exclusivamente de eventos físicos.
La tecnología digital permitió a las marcas crear experiencias virtuales inmersivas, presentar lanzamientos de productos a través de transmisiones en vivo y llegar a audiencias globales sin restricciones geográficas. Las redes sociales se convirtieron en plataformas cruciales para la promoción y el marketing, brindando a las empresas la capacidad de generar expectación y participación en línea.
Además, el costo asociado con la participación en salones del automóvil, que incluía gastos de logística, construcción de stands y personal, se volvió cada vez más difícil de justificar en un contexto donde las estrategias digitales ofrecían un alcance masivo a un costo menor.
La pandemia de COVID-19 también desempeñó un papel importante en acelerar la transición hacia eventos virtuales. Con las restricciones de viaje y las preocupaciones sobre la salud pública, muchos salones del automóvil se cancelaron o se llevaron a cabo de manera limitada, llevando a los fabricantes a repensar sus estrategias de presentación.
En consecuencia, los salones del automóvil han experimentado un declive significativo en los últimos años. Aunque algunos eventos icónicos aún perduran, es evidente que la dinámica ha cambiado. Las plataformas digitales y las presentaciones en línea han emergido como la nueva norma, transformando la forma en que la industria automotriz interactúa con sus consumidores y presenta sus productos.
El caso más reciente es la celebración del Salón de Ginebra 2023 en Catar. Y es que la dinámica ha tenido que obligar a muchos de estos eventos a replantearse su existencia o salir a buscar a los clientes con poder adquisitivo. Es por esto que muchas marcas emergentes apoyaron a que el pasado Geneva Motor Show se realice en Doha, lugar donde el millonario público se concentró para poder conocer novedades de los más variados fabricantes y donde los autos de origen chino fueron los reyes de dicha cita.
Incluso, el evento se realizó de forma paralela al Gran Premio de Doha de F1, generando una cita del motor que atrajo a los fanáticos del mundo motor con el poder adquisitivo suficiente para vivir la experiencia que se generó en dicho país.
China también es un buen ejemplo, con variados salones que se celebran de forma intercalada en diferentes ciudades, los cuales sirven para que la infinidad de marcas existentes en este país puedan mostrar sus diferentes camadas de productos. Y es que el rápido avance de la industria automovilística china puede ocasionar que un mismo fabricante se presente en diversos salones del automóvil dentro de un mismo año con una familia diferente de novedades para cada evento.
Aquí, la transmisión de contenido por vía digital se ha convertido en la forma más inmediata de compartir la experiencia, y es que en China son tantos habitantes, usando tantas aplicaciones distintas y con sed de comprar tantos autos nuevos, que es común en cada salón ver a streamers transmitir en vivo por 4 teléfonos al mismo tiempo, en 4 aplicaciones distintas, siendo vistos por miles y miles de potenciales clientes interesados en comprar. Algo realmente rentable para una marca.
Así, si bien los salones no parecen estar condenados a la desaparición, al menos en Asia, sí están migrando poco a poco a la difusión de contenido corto, conciso y por sobre todo, inmediato.
