La noticia cayó como un balde de agua fría en los círculos económicos y políticos de Santiago. Dos gigantes chinos, BYD —el mayor fabricante mundial de autos eléctricos— y Tsingshan Holding Group, uno de los mayores productores de acero inoxidable del mundo, cancelaron sus ambiciosos proyectos para instalar plantas de procesamiento de litio en Chile, el segundo productor mundial de este mineral estratégico.
Según fuentes gubernamentales y empresariales, citadas por Reuters, BYD presentó su intención de retiro en enero de este año, mientras que Tsingshan confirmó la cancelación de su inversión de 233 millones de dólares, destinada a producir 120.000 toneladas métricas de fosfato de hierro y litio (LFP). BYD, por su parte, ya había reconocido en 2024 retrasos en su planta de 290 millones de dólares, que buscaba producir 50.000 toneladas anuales de LFP.
¿Qué motivó la retirada de BYD y Tsingshan?
Aunque ni BYD ni Tsingshan han hecho declaraciones públicas detalladas, una fuente cercana al proceso señaló que la caída en los precios internacionales del litio tornó menos atractiva la inversión. Esta baja ha sido drástica: desde fines de 2022, el valor del carbonato de litio ha descendido más de un 70% a nivel global, afectando la rentabilidad de nuevos proyectos.
Ambas iniciativas se enmarcaban en un programa del gobierno chileno que ofrecía precios preferenciales para la compra de litio extraído localmente, con la condición de desarrollar productos de valor agregado en el país, como cátodos o baterías. El objetivo era claro: dejar de ser solo exportadores de materia prima.

El golpe a la estrategia chilena del litio
Para Chile, esta retirada representa más que la pérdida de dos inversiones extranjeras. Supone un revés en su estrategia de industrializar su cadena del litio y captar mayor valor económico local. El plan fue promovido por la actual administración como parte de la “Estrategia Nacional del Litio”, que busca combinar inversión privada con control estatal y beneficios territoriales.
La cancelación de estos proyectos podría además tener consecuencias en otros acuerdos similares y generar dudas entre inversionistas internacionales sobre la viabilidad económica y política de invertir en procesamiento de litio en Chile.
Un futuro incierto para el valor agregado del litio
Mientras otros países de la región como Argentina y Bolivia avanzan en sus propios planes de industrialización del litio, Chile enfrenta el desafío de ajustar su estrategia para hacerla más atractiva, competitiva y resiliente frente a la volatilidad del mercado.
¿Se podrá recuperar el impulso perdido? Todo indica que el camino hacia una industria del litio con valor agregado no será lineal. Aunque Chile tiene una posición privilegiada en reservas y producción, el juego ahora depende de ofrecer condiciones más estables, incentivos efectivos y alianzas que superen los vaivenes del mercado global.