La marca Smart dejó muy atrás la imagen del microauto urbano que definió sus primeros años. Desde que Mercedes-Benz y Geely crearon una sociedad conjunta en 2019 para transformar la marca en una firma 100% eléctrica, la evolución ha sido radical. El primer fruto de esta alianza es el Smart #1, construido en China sobre la plataforma SEA de Geely, pero con diseño y desarrollo interior bajo supervisión alemana.
El modelo busca competir en el cada vez más saturado segmento de los SUV compactos eléctricos, pero lo hace con un as bajo la manga: una versión Brabus que, con 422 caballos de fuerza y tracción total, supera en potencia incluso a deportivos a combustión de segmentos superiores. Sin embargo, la pregunta que surge es si Smart ha logrado canalizar toda esa energía de forma eficiente… o si se trata de un simple ejercicio de marketing.
Diseño exterior: sutileza con carácter
El Smart #1 Brabus no busca llamar la atención de forma estridente. Su diseño es más sobrio de lo que se esperaría en una edición firmada por la legendaria casa de preparaciones alemana. Las diferencias con las versiones convencionales son mínimas: parachoques ligeramente rediseñados, nuevas entradas de aire, llantas de 19 pulgadas de diseño exclusivo y dos discretos emblemas “Brabus” que pueden pasar inadvertidos a primera vista.
Desde el lateral, destacan detalles como las manillas de puertas ocultas, el logo de Smart cromado en el pilar C y una línea de ventanas curvilínea que rompe con la estética tradicional del SUV. Las barras de luces led, tanto adelante como atrás, le otorgan un toque futurista. A pesar de sus proporciones compactas (4,27 metros de largo), el #1 luce sólido y bien plantado.
Interior: entre lo premium y lo peculiar
El habitáculo del Smart #1 Brabus mezcla elementos de diseño premium con algunos detalles que recuerdan su herencia “distinta”. Hay tapicería en microfibra, cinturones de seguridad en rojo, pedales metálicos y un volante deportivo que marca la diferencia. La influencia de Mercedes-Benz se percibe en la consola central elevada, con abundantes espacios de almacenamiento, y en los acabados metálicos del volante y mandos.
El centro de la atención, sin embargo, es la enorme pantalla táctil de 12,8 pulgadas, desde la cual se controlan casi todas las funciones del vehículo. Allí aparece un simpático zorro animado, que actúa como asistente visual pero que, según muchos usuarios, distrae más de lo que ayuda. Aunque los controles del climatizador están siempre visibles, navegar por otras funciones puede ser complejo.
Especialmente problemático es el sistema de asistencia a la conducción (ADAS): sus alarmas pueden activarse en momentos innecesarios y apagarlas implica una secuencia de pasos que solo deberían realizarse con el auto detenido. Además, estas configuraciones se reinician cada vez que se enciende el vehículo, lo que obliga al conductor a repetir el proceso constantemente si desea una experiencia menos intrusiva.
Comportamiento dinámico: potencia domada, pero sin alma deportiva
El motor dual del Brabus entrega una potencia combinada de 422 hp y un par instantáneo que permite acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,9 segundos. Sin embargo, la experiencia de conducción no siempre acompaña a esas credenciales.
En ciudad, el #1 Brabus es ágil, cómodo y muy fácil de conducir gracias a su dirección ligera y la entrega progresiva de potencia. Pero al salir a carretera y exigirle más, emergen algunas inconsistencias: la suspensión no está suficientemente ajustada para un auto con este nivel de prestaciones. Esto le resta aplomo y confianza en curvas rápidas o frenadas exigentes.
No es un mal manejo —al contrario, es predecible y noble—, pero quienes buscan una experiencia deportiva al estilo Brabus podrían quedar algo decepcionados.
Autonomía y carga: aceptable, pero con advertencias
La autonomía declarada del #1 Brabus ronda los 400 km, aunque en condiciones reales —y especialmente si se utiliza su aceleración a fondo— esa cifra puede caer rápidamente. Nuestra experiencia en un recorrido urbano mostró consumos más altos de lo esperado, pero lo consideramos esperable dada su potencia y la tracción integral.
Afortunadamente, todos los Smart #1 cuentan con un sistema de carga rápida compatible con potencias de hasta 150 kW, lo que permite pasar del 10% al 80% en menos de 30 minutos usando un cargador CCS adecuado.
El maletero, con 313 litros, es funcional pero no destaca en su segmento.
¿Vale lo que promete?
El Smart #1 Brabus es el modelo más ambicioso de la historia de la marca. Tiene potencia, diseño y una base tecnológica robusta. Sin embargo, sufre de una cierta desconexión entre lo que promete y lo que entrega. La falta de un ajuste dinámico realmente diferenciado y la complejidad de su interfaz gráfica empañan una propuesta que podría haber sido brillante.
Para quienes priorizan el diseño, la tecnología y quieren un SUV eléctrico distinto con mucha potencia, el Brabus es una opción atractiva. Pero quienes valoran la relación precio-prestaciones o buscan un manejo más equilibrado probablemente encontrarán en las versiones Pure y Pro+ una mejor alternativa.