En el competitivo mundo de las camionetas medianas, la JAC T9 se posiciona como una propuesta que busca ir un paso más allá, rozando por momentos los atributos de las full-size sin pretender serlo del todo.
Su puesta en escena comienza por el diseño, donde destacan el frontal con abundantes superficies en material sintético negro, una máscara prominente y unos pasos de rueda marcados que refuerzan su carácter robusto. Estos elementos son especialmente visibles en colores contrastantes, pero no con el aburrido gris oscuro del ejemplar probado, por lo que lo que habría sido una estética dominante, en esta unidad pasa inadvertida.

Desde lo mecánico, la T9 se mueve con un motor turbo diésel de 2,0 litros que desarrolla cerca de 125 kW (167 hp) y 410 Nm de torque, asociado a una transmisión automática ZF de ocho velocidades. Esta combinación, habitual en segmentos superiores, le otorga una respuesta adecuada tanto en ciudad como en carretera. Durante los primeros kilómetros se percibe un leve turbo lag, con una entrega de potencia algo demorada, pero firme una vez que el motor entra en régimen. Es destacable que el rendimiento mejora progresivamente tras el rodaje inicial, mostrando una curva de potencia más suave y predecible a medida que el propulsor se afina.
La sensación de manejo en ruta es uno de los aspectos más valorables. A pesar de su tamaño y orientación funcional, la conducción de la T9 se siente sorprendentemente refinada. La estabilidad en carretera es dominante, incluso sobre superficies irregulares, y el andar tiene un carácter car-like que se aleja del comportamiento típico de una pickup enfocada al trabajo. La dirección no es especialmente comunicativa, algo habitual en este tipo de vehículos, pero se complementa bien con la suspensión: doble horquilla adelante con resortes helicoidales y ballestas atrás. Sin carga, este esquema tiende a transmitir rebotes secos, lo que puede restar confort en ciudad, pero confirma su vocación para el trabajo pesado.

Tecnología y comodidad en clave utilitaria
El habitáculo ofrece un ambiente confortable y bien equipado, con un diseño que recuerda a un SUV más que a una camioneta tradicional. La pantalla táctil vertical de 10,4 pulgadas es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, y se acompaña de una cámara 360°, cargador inalámbrico, climatizador automático con salidas traseras, asientos eléctricos y un volante multifunción forrado en cuero. El diseño interior suma materiales cromados y molduras sintéticas elegantes, y destaca por la gran consola central entre los asientos delanteros.
La percepción de calidad en la cabina es buena, aunque sin alcanzar los estándares premium: los materiales duros predominan, lo que sugiere una apuesta por la durabilidad más que por el lujo. Las plazas traseras mejoran respecto a generaciones anteriores de pickups doble cabina, aunque siguen adoleciendo de un respaldo algo vertical, lo que podría afectar la comodidad en viajes largos.
En materia de seguridad, la JAC T9 presenta una dotación completa: seis airbags, frenos ABS con distribución electrónica, control de estabilidad, asistencia de partida en pendiente, sensor de presión de neumáticos, cámara de retroceso y freno de estacionamiento eléctrico con función Auto Hold. A ello se suma la ya mencionada cámara 360°, que facilita las maniobras en espacios reducidos. No obstante, se echan de menos asistencias avanzadas a la conducción (ADAS), como el frenado autónomo de emergencia, la alerta de cambio involuntario de carril o el control crucero adaptativo, hoy cada vez más frecuentes incluso en camionetas de entrada.

Equilibrio entre capacidades y eficiencia
La arquitectura de la T9 permite desempeños interesantes fuera del camino: cuenta con tracción 4×4 conectable, reductora, bloqueo de diferencial trasero y una altura libre al suelo cercana a los 210 mm. Los ángulos de ataque y salida, de 27° y 23°, junto con una capacidad de vadeo de hasta 800 mm, le otorgan credenciales para enfrentar terrenos exigentes sin mayores inconvenientes. Su capacidad de carga ronda los 1.000 kg, mientras que la de arrastre alcanza los 3.000 kg en las versiones base, e incluso llega a 3.500 kg en versiones superiores, convirtiéndola en una opción versátil tanto para faenas como para aventuras todoterreno.
La caja de carga, de formas casi perfectamente rectangulares, es práctica y fácil de aprovechar. Cuenta con cáncamos internos de sujeción, aunque pueden resultar difíciles de utilizar cuando la carga ocupa todo el volumen. Este detalle, junto con una palanca de cambios elegante, pero de funcionamiento sencillo, refuerza la idea de que la T9 apunta a un equilibrio entre funcionalidad y presencia, más que al refinamiento de una pickup de lujo.

En cuanto a eficiencia, la marca declara consumos combinados cercanos a los 12,5 a 13,1 km/l. No obstante, en condiciones reales de uso, las cifras suelen situarse entre los 9 y 11 km/l, dependiendo del tipo de conducción, el peso transportado y el terreno. Estos números, si bien más conservadores que los homologados, siguen siendo competitivos para un modelo de tracción total y tamaño considerable.
La JAC T9 ofrece un conjunto muy competitivo para quienes buscan una camioneta robusta, bien equipada y con capacidades todoterreno reales. Su motor eficiente, su equipamiento estilo SUV y su enfoque funcional la hacen una alternativa válida frente a opciones más tradicionales, aunque sigue marcando distancia respecto a las full-size en aspectos como refinamiento interior y tecnología de seguridad avanzada. Una apuesta sólida, especialmente atractiva para quienes valoran la relación precio–producto en un segmento cada vez más exigente.
