Es cierto que existen diversas restricciones para mantener a los menores de edad resguardados frente a las distintas problemáticas que se puedan presentar en el uso de las redes sociales y el inmenso universo de los videos juegos, sin embargo, hay una realidad que no puede ocultarse en la que radica que los peligros siguen latentes y cada vez son más quienes sufren las consecuencias psicológicas por el mal uso de las tecnologías.
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El día a día de millones de niños en todo el mundo tiene como principal protagonista la conexión a la internet para jugar online, ver canales de YouTube y conectarse para conocer al igual que los adultos a nuevas personas, un tema bastante delicado si se cita un informe de la BBC en el 2020 en la que advirtió que con la llegada de la pandemia COVID-19, se acrecentaron los abusos digitales, muchos de ellos de maneras graves como los sexuales mediante al grooming o imágenes y videos no apropiadas, por ejemplo.
Por ello, a pesar que sepas los canales digitales utilizados por tus hijos, no te conformes solo con eso y aprende a manejar los programas al igual o mejor que ellos para así poder determinar a ciencia cierta las posibles limitantes necesarias y mejor aún, detectar a tiempo si inconscientemente son víctimas de dichos abusos.
Tres recomendaciones de un uso seguro
Ante todo y como en la mayoría de los casos, lo primordial es incentivar al desarrollo de una correcta y fluida comunicación entre padres e hijos y conocer los componentes y personajes tecnológicos con quienes conviven los menores de edades. Por ello, es recomendable:
1) Hablar de las redes sociales: implica conversar sobre lo que se comparte en las redes y los riesgos de interactuar con extraños en Internet. En cuanto a lo primero, se aconseja evitar la publicación de información privada como, por ejemplo, la dirección de residencia, la escuela a la que se va, fotos de la casa y de la familia, etc. Es también importante advertir a los chicos sobre quién puede estar del otro lado, incluso si creen que conocen a la persona con la que hablan y confían.
2) Hablar de contraseñas: debatir con los menores sobre contraseñas seguras es fundamental para la seguridad de ellos y sus datos privados, pero sobre todo hay que insistir y dejar muy en claro que nunca se deben de compartir, ni siquiera con supuestos buenos amigos y familiares.
3) Hablar de las experiencias online: es recomendable charlar con los chicos acerca de lo que hicieron en las redes sociales. Esto se puede hacer como un juego en el que adultos y menores comparten lo que descubrieron, lo que aprendieron o con quiénes chatearon durante el día. Es fundamental mantener la conversación abierta: los chicos tienen que saber que pueden pedir ayuda ante cualquier problema que puedan tener.